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«La cocina mallorquina es autosuficiente, muy rica y variada», indica Toby Molenaar, autora del libro Sa cuina tradicional mallorquina. La obra, presentada ayer en el Casal Solleric por la editora Carolina Zendrera junto a Alberto Oliveras y Koldo Royo, desvela los ingredientes de nuestra gastronomía a partir de la historia y constituye un compendio de las mejores recetas, remedios caseros, canciones y proverbios mallorquines.

Toby Molenaar conoce Mallorca desde 1961, año en que junto a su marido, el escritor Frederic Grunfeld, se trasladó a Deià para visitar a un amigo músico. Allí, en aquel pueblo entonces idílico y apacible, se quedó a vivir y empezó a investigar la historia, costumbres y gastronomía balear, llevando a la práctica las recetas locales. De dicha estancia recuerda que los colmados locales no vendían más que productos de la tierra, como aceite de oliva, manteca de cerdo o sobrasada, con los que se cocinaban platos de origen milenario.

En opinión de Toby Molenaar, periodista, fotógrafa y directora de cine nacida en Holanda, el auge de la «fast food» entre los más jóvenes nunca provocará la desaparición de la cocina mallorquina, que hereda enseñanzas romanas, árabes y catalanas y ocupa un papel predominante en restaurantes especializados que tampoco existían hace veinte años.