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Con el propósito de dar a conocer la riqueza superviviente de nuestro patrimonio arquitectónico, ARCA organizó ayer una visita pública dedicada al gótico del barrio de Santa Creu. Una treintena de asistentes guiados por el director de la entidad, Jaume Llabrés, pudieron admirar la cripta de Sant Llorenç del siglo XIII y la nave de la iglesia comunicada por la escalera de las sepulturas. Su interior alberga la imagen de Nostra Dona de Santa Creu del escultor Pere Morey.

La visita continuó por la calle de Can Sales, (una de las más monumentales en el siglo XVII), Sant Llorenç, plaça de les Drassanes y Montenegro, para concluir en la propia sede de la entidad ubicada en Can Weyler, única casa del siglo XIV en Palma que conserva sus arcos góticos, hallados en su planta noble.

«El barrio de Santa Creu es uno de los más tradicionales y sus edificios se extienden desde el Puig de Sant Pere hasta el límite marcado por el antiguo lecho de Sa Riera (ahora passeig des Born)», indicó Llabres, quien destacó que bajo muchas fachadas decimonónicas se encuentran numerosos vestigios medievales. Entre los ejemplos mejor conservados destaca el patio de Can Gradolí en la calle Sant Gaietà que posee tres ventanas «coronelles».

Otros edificios como Can Burgues, del siglo XVI, perdieron en fecha sin determinar este elemento característico, como consecuencia de reformas. Algunas como Can Montenegro han perdido sus ricos interiores, como testimonian las fotografías tomadas a finales del XIX. En la actualidad, solamente tres casales conservan aún en Palma su patrimonio mobiliario y decorativo original.