La Corporación decidió salir por la puerta de la plaça Santa Eulàlia y guardar allí los minutos de silencio.

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La alarma llegó poco antes de mediodía, cuando estaba previsto que el pleno extraordinario que a esas horas se celebraba en Cort se interrumpiera para permitir a los ediles participar en los cinco minutos de repulsa por el atentado de ETA que el miércoles costó la vida al guardia urbano Juan Miguel Gervilla. El alcalde fue el encargado de comunicar lo que en esos momentos ocurría en la entrada de la Casa Consistorial y lo hizo con estas palabras: «señores, tenemos un problema».

Entonces explicó que la policía había rogado que nadie saliera por la puerta principal de Cort hasta que se comprobara el contenido de un paquete sospechoso detectado por el escáner. Una persona había llegado al Ajuntament minutos antes con un paquete dirigido al alcalde, pero sin ningún remite. Al pasarlo por la máquina, el vigilante sospechó de su contenido, al verse lo que podía ser un reloj y unos cables. El peso del paquete, unos dos kilos, y las prisas del mensajero que se marchó sin identificarse hizo el resto y se dio la voz de alarma, según explicó más tarde Joan Feliu, hasta ahora intendente de la Policía Local. Enseguida se avisó a la TEDAX, unidad de desactivación de la Policía Nacional.

Entre tanto, la Corporación decidió salir por la puerta de la plaça Santa Eulàlia y guardar allí los minutos de silencio. Antes de las 12.05 los efectivos de la Policía Local y Nacional presentes ya habían acordonado la plaza, impidiendo el paso desde las calles que a ella confluyen. Bares y tiendas de la plaza y una parte del Ajuntament fueron desalojados. La rumorología se apoderó entonces de los ciudadanos presentes e incluso una mujer fue multada por un agente ante su resistencia a obedecer la orden de no pasar.

Unos quince minutos después se supo que el paquete contenía un reloj de regalo para Joan Fageda de parte de la empresa Azahar, contratada por Cort para labores de jardinería, según informó el director del área de Protección Ciudadana, Juan José Ferrando, y se levantó el cordón policial. Ferrando se mostró satisfecho del buen funcionamiento de las medidas de seguridad y anunció que exigirían explicaciones al portador del paquete. Éste finalmente se disculpó y dijo que si se había marchado rápido había sido porque tenía prisa.