La llegada de la Navidad supone un notable enriquecimiento de la gastronomía. En estas fiestas tan dadas al buen comer y a los dulces, aún hoy en Santa Maria se conserva la costumbre de producir y consumir la llet d'ametla, un alimento cada vez más conocido y apreciado.
En la finca de Can Cama, al lado del camino del Raiguer, Sebastià Sampol es una de las personas que ha heredado la costumbre de producir este alimento, siguiendo el método tradicional. Y es que con Sampol ya son cuatro las generaciones que se han dedicado a esta labor típicamente navideña. El abuelo de su suegro, Francesc «Cameta» ya elaboraba este producto. Entonces el molino funcionaba accionado por la fuerza de una mula. Hoy día la electricidad ha sustituido al animal, pero el resto del proceso es idéntico.
Ayer Sebastià abrió las puertas de su casa para que la gente se acercara a buscar la llet d'ametla. Durante estos días y hasta el día de la Nochevieja trabajará hasta 12 horas.
Todo aquel que quiera degustar un alimento con más de 200 años de una curiosa historia, sólo necesita disponer de almendra hervida y pelada. Sebastià hace el resto midiendo la cantidad de agua que precisa la mezcla, siempre teniendo en cuenta el gusto del cliente a la hora de hacerla clara o más espesa. De cada quilo de almendra se podrán extraer hasta 8 litros de llet que, antes de consumir, se tiene que preparar haciéndola hervir con canela, azúcar y piel de limón.
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