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La presidenta de la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillados, María Crespo, presentó ayer el plan de limpieza para 2001 durante la celebración del pleno extraordinario que para debatir la suciedad que padece Palma había sido reclamado por el PSOE.

La regidora socialista Rosa Marqués inició el debate recordando que «el resultado del plan de 2000 demuestra que las previsiones no se han cumplido» y denunció que desde la llegada del PP al Gobierno municipal «la plantilla de la empresa ha ido descendiendo progresivamente, en contra de las necesidades de una población cada vez más numerosa y de su exigencia de más servicio». La previsión de 340 trabajadores en este año «es aproximadamente la misma plantilla que la empresa tenía antes del año 1991», apuntó. Los socialistas reclamaron más trabajadores y menos kilómetros para cada uno de ellos, así como la colaboración de la Policía Local en las labores de inspección.

De parte de EU-Els Verds, Jordi López acusó a Crespo de carecer de credibilidad y recordó la propuesta del grupo de creación de una comisión de seguimiento formada por oposición y entidades vecinales «que reduzca el abismo que ahora hay entre la teoría y la práctica». Gabriel Barceló reclamó también, en nombre del PSM, la implicación de diversas áreas municipales, como Educación o Policía Local para remediar la realidad, «que no es otra que la percepción por parte del ciudadano de que Palma está sucia».

Tras escuchar estas intervenciones y con el soporte visual de unas diapositivas, la responsable municipal repasó entonces los objetivos del plan del año próximo que, declaró, se fundamenta en dos aspectos: la limpieza de los excrementos de perro de las calles y el riego de vías y zonas verdes con agua regenerada. Anunció que el plan persigue cuatro grandes objetivos, la mejora de la calidad del servicio, la reducción de la suciedad generada, el incremento del control y la mejora de la imagen de la empresa, para lo que hay previstos 1.350 millones de pesetas.