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El presidente de Air Europa, Juan José Hidalgo, tomó en la mañana de ayer una decisión larvada y esperada desde hace semanas, máxime tras estar todo pactado por los servicios jurídicos de ambas compañías, dado que en el último momento la presión del núcleo duro (Logista, Caja Madrid, El Corte Inglés y Ahorro Corporación), propició la introducción de cambios sustanciales en el contenido del documento consensuado que tenían que firmar ayer Hidalgo y el presidente de Iberia, Xabier de Irala, circunstancia que fue aprovechada por Hidalgo para romper de forma definitiva las negociaciones y dar carpetazo a una historia que ha durado 80 días.

Hidalgo, molesto por la actitud de Iberia, ordenó a director general, Juan Saéz, que remitiera una breve y lacónica carta al director general de Iberia, Àngel Mullor, en la que se indicaba: «Lamento mucho comunicarte que tras últimas conversaciones mantenidas, damos por finalizadas las negociaciones encaminadas a conseguir la integración de Air Europa SA en Iberia, al no ser posible resolver satisfactoriamente para nosotros las discrepancias sobre precio, forma de pago y garantías de integración de nuestro personal».

La primera decisión que tomó Hidalgo, tras dejar las oficinas de Iberia en Madrid, fue comunicar de inmediato a sus hombres de confianza lo sucedido para que lo transmitieran a los empleados de la compañía, «tenía a mi gente incómoda por todo lo que estaba pasando y estoy convencido de que se ha celebrado que no haya fructificado esta operación de integración. Ahora, se tienen que poner las pilas y comenzar a trabajar en esta nueva etapa».

Hidalgo, que no quiso valorar en ningún momento la actitud de Iberia y de los socios que integran el núcleo duro, afirmaba a este diario: «No tenemos ningún problema económico con nadie, como así lo demuestra la auditoría realizada. Vamos a operar con absoluta normalidad, como si no hubiera pasado nada. El pasado ejercicio lo cerramos con un crecimiento del 25 por ciento en nuestro volumen de negocio global y un 50 por ciento en el tráfico regular. Quiero decir a mis trabajadores que todo ha pasado y que ahora toca trabajar y producir. Hay que olvidarnos de lo sucedido».