Behjat, joven afgana miembro de la organización feminista RAWA,
denunció ayer en Palma la trágica situación que vive su país, que
desde 1996 está sometido por el régimen fundamentalista talibán, lo
que ha supuesto la regresión social, económica, educativa y
política para Afganistán.
La activista, invitada por el Govern de les Illes Balears,
explicó que Afganistán está en guerra desde hace veinte años,
tiempo en el que han muerto dos millones de personas, 1'5 millones
sufren enfermedades y 6 millones se encuentran refugiados en
Pakistán e Irán.
Behjat, nombre clandestino de la joven, no se oculta tras el
burka pero prefirió no mostrar a las cámaras su rostro porque se
encuentra amenazada por el régimen de Kabul. Sin embargo, a pesar
de las amenazas, su cometido es denunciar que Afganistán «se ha
quedado sin infraestructuras políticas, educativas, etc; no hay
bancos; las mujeres no tienen acceso al trabajo, no pueden salir a
la calle más que acompañadas por su marido o hermanos, deben ir
cubiertas con el burka (pañuelo que cubre totalmente sus cabezas y
sólo deja ver los ojos a través de un calado en la tela), no pueden
vestir colores llamativos y si rompen estas prerrogativas son
apaleadas en público o encarceladas, y los hombres deben llevar
barba e ir vestidos a la manera tradicional».
La activista no cree que la negociación de la ONU con el régimen
talibán sea la solución al problema, sino que «la ONU debería
intervenir en Afganistán con fuerzas de paz y permitir que haya
elecciones democráticas». Behjat se pregunta por qué la comunidad
internacional tiene miedo de intervenir en Afganistán y piensa que
mientras Estados Unidos sólo mire por sus intereses políticos no se
interesará por su país.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.