TW
0

En la atmósfera situada sobre las Islas Balears se acumulan, a lo largo del año, más de 4.500 toneladas de partículas contaminantes en suspensión por lo que a cada habitante del Archipiélago le corresponden, aproximadamente, cinco kilos de partículas por año, según datos facilitados por la Conselleria de Medi Ambient.

Este preocupante estado de la atmósfera sobre las Islas se debe especialmente, aseguran las mismas fuentes, a la gran cantidad de vehículos que transitan por las Islas, tanto es así que se estima que el 40 por ciento de las partículas contaminantes se deben a las emisiones provenientes de los vehículos.

Otro bloque importante, el 40 por ciento de las emisiones, se debe, según los controles realizados por la conselleria, a la actividad de tres instalaciones concretas de Mallorca: la fábrica cementera de Lloseta, la incineradora de Son Reus y la central de Es Murterar.

En lo que respecta a la fábrica cementera, desde Medi Ambient se asegura que se han comprometido a hacer público un calendario de actuaciones para reducir el impacto medioambiental de su instalación. Hay que tener en cuenta que las emisiones de la cementera, y de las otras dos instalaciones, se encuentran dentro de los límites establecidos por la ley y que, por tanto, no se puede actuar contra ellas.

En este sentido la consellera del sector, Margalida Rosselló, ya se ha manifestado públicamente favorable a modificar, «por demasiado permisiva y obsoleta», la normativa que regula la emisión de partículas en la atmósfera. Actualmente esta emisión se rige según la Ley de Protección Medioambiental Atmosférica publicada en 1972 y modificada en 1975 incluyendo niveles de emisión considerados «excesivos» por el Govern. Es por eso que desde Medi Ambient se pide su modificación total con objeto de limitar los niveles de emisiones o incrementar las sanciones a quienes las sobrepasen.