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La lagartija ibicenca, la podarcis pytiusensis, está demostrando una rara habilidad para colonizar espacios allende las Pitiüses. La Societat Catalana d'Herpetologia ha detectado recientemente la existencia de una colonia en San Juan de Gaztelugatxe (Bilbao), posiblemente introducida por alguien de forma voluntaria; también es conocida la presencia de otra colonia en la plaza de les Glòries, en la ciudad condal. Además, se tiene constancia de otras dos zonas de Mallorca habitadas por estos reptiles, una en el Parc de la Mar y otra en Illetes. Ahora, los herpetólogos están tras la pista de una tercera colonia enclavada en la mayor de las Balears.

La bióloga ibicenca Núria Riera Riera, especialista en lagartijas, visitará próximamente Cap Formentor, al norte de la Isla, para comprobar la presencia de lagartijas de origen pitiuso en ese área. En caso de confirmarse, sería la quinta colonia de podarcis pytiusensis que habita lejos de su lugar de origen.

Riera es la persona más indicada para determinar si, efectivamente, las lagartijas que pueblan el extremo de Formentor son de origen ibicenco. Actualmente se desarrolla su tesis doctoral sobre la interacción entre las lagartijas pitiusas y la vegetación de Balears, y próximamente publicará un trabajo sobre la población de podarcis pytuysensis en el Parc de la Mar, por el que recibió hace dos años el Premi Ciutat de Palma.

En la investigación desarrollada sobre las lagartijas que colonizaron el parque palmesano "que posiblemente llegaron en barcos tras colarse en la carga", Núria Riera comprobó durante un año qué tipo de dieta seguían y su comportamiento. Su capacidad para colonizar otros espacios quizás provenga de la facilidad con la que cambia de menú culinario: en verano, a falta de insectos se alimenta de los frutos carnosos del entorno que habita. Son las únicas lagartijas que habitan en Mallorca tras desaparecer sus antepasados.