El Colegio Gabriel Alzamora de las Avenidas fue el escenario ayer
de un tenso debate sobre el tema de la prostitución de color en la
zona. La Associació de Veïns ses Veles había convocado el acto. Al
mismo acudieron Antoni Nadal, regidor de Acció Social del
Ajuntament de Palma, en representación del PP; Antoni Roig, en
representación del PSOE; Gabriel Barceló, por el PSM; Margalida
Thomàs, por EU-Els Verds; Ferran Trujillo por UM; Rosa Bueno,
presidenta de la Federació de Associacions de Veïns; y Jacqueline
Raynaud, presidenta de Ses Veles.
Raynaud señaló que se habían recogido ya 614 firmas para que
Cort «tome medidas urgentes». Nadal habló de la labor llevada a
cabo por Cort en colaboración con el Govern y el Consell Insular, y
señaló que «el Ajuntament quiere defender los intereses de los
ciudadanos» y abogó por un trabajo interinstitucional.
Roig destacó que «hay que atajar las raíces del problema» y
defender los derechos sociales del colectivo de prostitutas.
También diferenció entre el problema de la prostitución callejera y
el que se da en los locales cerrados. Barceló incidió en esa línea,
y señaló que «también tiene que haber voluntad política de aplicar
soluciones hasta las últimas consecuencias», y recordó la necesidad
de una normativa clara sobre este asunto. «Hemos hecho propuestas,
pero si no hay dinero o ganas no saldrán adelante», indicó Thomàs y
recordó que, a su juicio, la prostitución es un problema social,
«hay que encarar el problema con valentía y sin hipocresía».
Por su parte, Trujillo recordó que cuando el problema estaba
circunscrito sólo a sa Gerreria parecía no preocupar a nadie, y
recordó que, por encima de todo, «al hablar de estas chicas estamos
hablando de personas». Bueno incidió en esa línea y a continuación
se inició el debate, en el que la mayoría de asistentes culpó a los
concejales de limitarse a criticarse unos a otros.
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