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El arquitecto que figura como responsable técnico de la obra de reforma del antiguo hotel Tívoli, cuyo derrumbe causó la muerte de dos trabajadores, prestó declaración el pasado lunes ante la Policía Local de Palma, que investiga las causas del suceso. Según han señalado fuentes próximas a la investigación, el arquitecto Juan Vila mantuvo ante los investigadores que él no realizó ningún proyecto técnico de ejecución de obra de la parte del edificio que se derrumbó.

Explicó que él sólo elaboró los planos y el estudio técnico de la reforma de la parte antigua del edificio, concretamente la zona que ya estaba construida y en la que estaba previsto cambiar los forjados. El técnico, que estuvo asistido en su declaración por el abogado Rafael Perera, asegura que la empresa constructora no le consultó ningún aspecto técnico sobre la ampliación del edificio y, por tanto, él no puede asumir la obra que se estaba realizando ni cree que sea culpa suya que se haya producido este accidente.

La declaración del arquitecto forma parte de las pruebas que está recogiendo la Policía Local para emitir su informe, que será entregado a la Fiscalía y al juez. La policía le ha solicitado al técnico superior que entregue toda la documentación que elaboró para solicitar los correspondientes permisos municipales para realizar esta reforma que, según insiste Juan Vila, se refieren exclusivamente a una fase del edificio, y en ningún caso a la ampliación. A pesar de que Juan Vila no asumió la responsabilidad en el accidente, fuentes jurídicas próximas al caso han asegurado que la juez de instrucción número 5 de Palma, que instruye la causa del derrumbe del Tívoli, le llamará a declarar como imputado.

De lo que se ha investigado hasta el momento se desprende que la reforma que se realizaba en este edificio de s'Arenal estaba repleta de irregularidades. Según los primeros informes, realizados por los bomberos y por los técnicos de la Conselleria de Treball, el edificio se derrumbó por un exceso de carga en los muros de marés. Ello podría explicar que, en efecto, no existía ningún estudio técnico que hubiera podido preveer este accidente. Además, los técnicos de la Conselleria han detectado una serie de irregularidades que demuestran el peligro que corrían los obreros que trabajaban en esta construcción. El permiso de obra tramitado por Cort sólo autorizaba cambiar la cubierta y sustituir los forjados del edificio. En ningún caso se le autorizaba a ampliar un ala del edificio.