El Consell de Mallorca abrirá expedientes de disciplina urbanística
a todos aquellos propietarios de casas que estén en mal estado.
Para tener acceso a un catálogo de inmuebles en estado de
degradación, el Consell firmó ayer un protocolo de colaboración con
el Col·legi Oficial d'Arquitectes, ARCA y la Federació d'Entitats
Locals de les Illes Balears.
Dicho convenio fue firmado por Maria Antònia Munar y Rafael de
Lacy en representación del Consell; Antoni Ramis, decano del
Col·legi Oficial d'Arquitectes; y Pere Ollers, presidente de
l'Associació de Recuperació dels Cascs Antics. «Si los
ayuntamientos no quieren actuar contra los edificios en mal estado
lo haremos nosotros y subrogaremos las competencias», advirtió
Rafael de Lacy. El Col·legi Oficial d'Arquitectes realizará un
estudio de las construcciones y elementos existentes en el medio
que deben ser objeto de reconversión, rehabilitación o
demolición.
Una vez que el Consell disponga del catálogo de viviendas que
tengan que ser demolidas, la institución insular pedirá a los
ayuntamientos que impulsen expedientes disciplinarios para su
demolición, como ya ocurrió con Monnàber. Las actuaciones se
centrarán en suelo rústico. «Los arquitectos siempre habíamos hecho
catálogos de los edificios que debían protegerse, pero nunca de los
que hay que demoler; se trata de una experiencia piloto muy
interesante», subrayó Antoni Ramis. El representante de ARCA, Pere
Ollers, cree que el convenio permitirá eliminar «todos aquellos
edificios que no gustan a nadie».
No obstante, el Consell entiende que su actuación en suelo
urbano, sobre todo en Palma, es una cuestión «muy complicada». «El
Consell no tiene cobertura suficiente para hacer inspecciones de
seguridad. Además, hay intereses privados muy fuertes y es posible
que no tuviésemos ni capacidad económica para actuar en este
campo», subrayó Rafael de Lacy.
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