Policías local de Palma, siguiendo el ejemplo de los agentes de Son
Servera, han emprendido una acción de protesta que ha levantado
reacciones encontradas entre la ciudadanía. La idea de pintarse el
pelo de color verde para reivindicar el cobro de las horas extras
que el Ajuntament les adeuda ha sorprendido a la mayoría. De hecho,
a la hora de programar acciones de protesta, como pueden ser paros,
huelgas o manifestaciones, cualquier opción suele representar una
molestia para el ciudadano de a pie, que ve colapsadas las calles o
encuentra una atención deficiente cuando requiere un servicio de
los huelguistas.
La iniciativa de los policías locales de Palma y Son Servera
resuelve la cuestión de una forma ciertamente original. Los agentes
continúan llevando a cabo con diligencia su trabajo, al tiempo que
manifiestan claramente sus reivindicaciones. Lo malo de esta acción
es que quizás quien acuda en estos días a las comisarías a
denunciar situaciones difíciles "pueden ser víctimas de robos,
malos tratos, agresiones sexuales..." podrán sentirse no sólo
sorprendidos sino incómodos ante la imagen que los profesionales
dan en estas circunstancias. No pocos ciudadanos considerarán, con
razón, que esta extravagancia es incompatible con el respeto debido
al uniforme que llevan.
Por lo demás, la demanda de los policías es absolutamente
legítima, ya que se les adeuda más de un año de horas extras
trabajadas precisamente en días y situaciones «conflictivas», como
pueden ser guardias en el aeropuerto, en los alrededores de los
estadios de fútbol, en procesiones de Semana Santa y otras
festividades a las que acude muchísima gente... En fin, que allá
donde se han necesitado sus servicios, ha habido un policía
dispuesto a sacrificar su día libre. Lo justo es que el pago por
esa labor sea puntual y que no tengan que verse obligados a
acciones como ésta del pelo verde.
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