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Los puertos de Balears pueden llegar a perder 400 millones de pesetas de ingresos si prospera finalmente la decisión del Gobierno de José María Aznar de obligarles a pagar el impuesto de sociedades. De hecho, esta nueva ley, que obliga a las autoridades portuarias a tributar el 35 por ciento de los resultados de explotación ya está en vigor, pero ha sido recurrida por la Autoritat Portuària al entender que este organismo debe seguir estando exento del pago.

El presidente de la Autoritat Portuària, el socialista Francesc Triay, aseguró que debería mantenerse el principio básico establecido en la Ley de Puertos de 1992, en la que se fija que las autoridades portuarias están sometidas al mismo régimen tributario que el Estado. Triay explicó además que esta intención del Gobierno es absurda ya que otros entes públicos no pagan este impuesto, como es el caso de RTVE, las universidades o las agencias tributarias. En estos momentos está planteada la batalla jurídica y la institución portuaria de Balears no paga el impuesto; sin embargo, tampoco dispone de esos ingresos ya que está obligado a depositarlos a través de un aval.

Por si esta amenaza a los recursos no fuera suficiente, el presidente de la Autoritat Portuària aseguró que las finanzas de esta institución también sufren los efectos del Régimen Especial de las Islas ya que las bonificaciones a las tarifas portuarias que establece la Ley no las paga después el Gobierno. La Autoritat Portuària se autofinancia, de forma que las bonificaciones repercuten directamente en los resultados de explotación. Para Triay, lo lógico sería que estas bonificaciones corrieran con cargo a los presupuestos del Estado ya que si es el puerto quien las financia, no son una compensación a la insularidad.

«Las bonificaciones se están aplicando sin ninguna contraprestación por parte del Estado, con lo cual se limita la capacidad de generar recursos porque el principio de funcionamiento de los puertos es la autonomía financiera», asegura Triay.

3.000 millones de Europa
Francesc Triay aseguró que la Unión Europea se ha comprometido a dar 3.000 millones de pesetas con cargo a los fondos de cohesión. Esta cantidad es la mitad de los 6.000 millones de pesetas que costarán las obras de reconversión del puerto. El objetivo es que el Moll Vell acoja la nueva terminal de pasajeros, con lo que la mayor parte del transporte de mercancías se quedará en la zona de Porto Pí. El presidente de la Autoritat Portuària afirmó que el proyecto de reconversión del muelle estará acabado en un cuatrienio ya que ahora mismo se está todavía en la fase de redacción de los proyectos. De esta forma se acercará el puerto a la ciudad.