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El subsecretario del Ministerio de Agricultura, Manuel Lamela, aseguró ayer que su departamento no decidirá si hay ayudas para los agricultores como consecuencia de la sequía hasta que finalice la temporada. «Habrá que esperar al resultado final de la campaña para ver si hay que hacer fórmulas paliativas, aunque vinculadas a los seguros agrarios», señaló Lamela, tras mantener una reunión con los representantes de Asaja.

El subsecretario destacó, precisamente, que Balears es una de las comunidades en las que menos implantado está este seguro ya que sólo cuenta con él alrededor de un 10 por ciento de las explotaciones. En cualquier caso, también aseguró que, dadas las peculiaridades de las Islas, convendría establecer «seguros a la medida» para fomentar esta práctica entre los agricultores.

Con respecto a la reunión que mantuvo que representantes de Asaja, Lamela explicó que se había hecho un repaso a los problemas de la agricultura y la ganadería de las Islas, que presenta una serie de especificidades derivadas del hecho insular. «Existe una sensibilidad especial del Gobierno hacia el hecho insular que se viene acreditando desde hace tiempo», afirmó.

Lamela aseguró que tanto los representantes de Asaja como él habían coincidido en el diagnóstico de la situación agrícola de las Islas. En la reunión se abordó el problema específico de la lengua azul y la posibilidad de implantar cultivos alternativos y de conseguir financiación adicional a través de la declaración de las áreas de desarrollo rural. «Es preciso garantizar la supervivencia de las explotaciones a través de subvenciones alternativas», señaló.

Los representantes de Asaja también salieron satisfechos de la reunión con el subsecretario, según informó su presidente, Tomás Cortés. Explicó que habían solicitado este encuentro con el subsecretario «porque estábamos preocupados por la falta de diálogo del Gobierno ante nuestros problemas». Cortés explicó que el contacto había sido satisfactorio ya que habían abordado desde la sequía, la lengua azul y el problema de las vacas locas.