La presentación ayer del libro «Historia económica y regional de
España siglos XIX y XX», en un acto que tuvo lugar en el edificio
sa Riera de la UIB, puso, una vez más, de manifiesto el déficit de
inversiones públicas en las Islas procedentes del Estado y de la
Unión Europea, «circunstancia que ha provocado que Balears no
cuente con las infraestructuras necesarias acordes con su nivel de
riqueza y evolución del PIB en los últimos lustros», según
indicaron en el transcurso de la presentación el coautor y
coeditor, los catedráticos de Historia Económica Carles Manera y
Jordi Maluquer, respectivamente.
Maluquer puntualiza que «Balears es el ejemplo más grave de
escasa financiación estatal y de la Unión Europea. Las cifras que
se manejan ponen de manifiesto en esta región hay una falta de
capital público a diferencia de lo que se ha invertido, por
ejemplo, en la últimas últimas décadas en otras regiones españolas.
Así, entre 1991 y 1997, la inversión pública en las Islas fue la
mitad de la que se hizo de media en el resto de comunidades
autónomas. Y entre 1991 y 2000, el 70 por ciento en comparación con
lo que el Estado invirtió en nuestro país. Estos datos son
objetivos y resalta que pese a que Balears tenga la imagen de ser
una comunidad rica, hay una falta de recursos estatales que incide
negativamente en aspectos fundamentales y en la calidad de vida de
sus ciudadanos».
Las tésis que barajan los historiadores económicos incide en el
proceso y parámetros que se eligen a nivel estatal para el reparto
de las inversiones públicas en las autonomías, «la solución pasa,
en primer lugar, por el ámbito político, ya que desde el punto de
vista técnico para obtener mayor financiación habría que utilizar
en las Islas los mismos parámetros que el Estado aplica en el resto
de autonomías», explica el catedrático Carles Manera. Otro de los
factores que ponen de manifiesto es el déficit de la balanza fiscal
de las Islas, pese a ser una región en vanguardia del crecimiento
económico español junto a Madrid, Cataluña y Navarra».
Los parámetros que Maluquer analiza para explicar el déficit de
inversiones públicas para mejorar infraestructuras se centran en la
utilización de parámetros en materia demográfica, crecimiento real
del PIB y equilibrio en la balanza fiscal balear, «utilizar los
parámetros demográficos de hace 13 años es incorrecto, ya que el
Estado debe tener en cuenta el fenómeno de la población flotante,
que convierte a unas Islas con un censo de 800.000 habitantes en
algo más de 1'1 millón. El crecimiento de la población no queda
registrado, por lo que las ayudas estatales van referidas sólo al
censo, lo cual supone una sangría económica para Balears. El
elevado nivel de renta per capita y el desfase demográfico penaliza
al reparto de inversiones estatales y comunitarias, situándose
Balears en el último lugar en cuanto a ayudas procedentes de la
Unión Europea».
Para Carles Manera, este cúmulo de circunstancias negativas es
lo que provoca «el grave problema de infraestructuras que tenemos
en estos momentos en las Islas». El libro, según el catedrático de
Historia Económica de la UIB, es el resultado de las jornadas de
historia económica regional española que tuvieron lugar en febrero
del pasado año, cuyas conclusiones y planteamientos han quedado
recogidos.
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