Una de las inmigrantes 'sin papeles' encerradas en la parroquia de
la Encarnación de Palma, la peruana Margarita Alai, tuvo en la
madrugada del domingo al lunes una niña de tres kilos seiscientos
gramos. Tanto la madre como el bebé se encuentran en perfectas
condiciones de salud, según informaron fuentes familiares.
La nueva madre fue abandonando progresivamente el encierro
durante la semana pasada para, en el pasado sábado ingresar en la
Policlínica Miramar de Palma, ya que al carecer de documentación no
cuenta con seguro público, donde tuvo a la pequeña «sin ningún tipo
de problemas», como la propia madre confirmó a este periódico.
La inmigrante peruana forma parte del primer grupo de encerrados
indefinidos en la parroquia de la Encarnación, a pesar de su
avanzado estado de gestación. Junto a otros veinte compañeros
inició un encierro indefinido el pasado día 25 de mayo, que
persiste y que tendrá el próximo jueves una nueva movilización.
Según la legislación la recién nacida no es española, sino peruana,
salvo que las leyes del país andino indiquen que sólo pueden
obtener la nacionalidad las personas nacidas en el país. Si es así,
a la niña se le otorgaría la nacionalidad española.
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