El conflicto que ha provocado las protestas de los transportistas
de escombros afiliados a Astracoma en los últimos meses se ha
resuelto de manera favorable al ceder el Consell Insular de
Mallorca unos terrenos en el término municipal de Bunyola, junto a
la incineradora de Son Reus, para que los afectados puedan montar
una planta de selección donde verter los restos de obra, según
confirmó el responsable de Medi Ambient i Natura de la institución,
Miquel Àngel Borrás. De esta forma los transportistas renuncian a
realizar más protestas y a tramitar ante la conselleria del ramo
los permisos para abrir una planta de selección en Génova y, a
cambio, el Consell Insular, cede parte de unos terrenos que, en el
Plan de Residuos, se catalogan como Àrea de Gestión Integral de
Residuos, AGIR.
Concretamente, según diversas fuentes, el terreno en cuestión
tiene 50.000 metros cuadrados aunque los permisos y licencias para
la nueva planta sólo contemplan la utilización de 25.000 metros
cuadrados. De hecho, está previsto comenzar las obras de
habilitación del terreno, que durarán aproximadamente un mes, el
próximo lunes o martes. El responsable de Medi Ambient i Natura del
CIM aseguró, en este sentido, que ya están firmados todos los
permisos necesarios para poner en marcha la iniciativa, pero quiso
dejar claro que su departamento no va a permitir «bajo ningún
concepto» que los transportistas lleven sus camiones de escombros a
los terrenos hasta que las obras de habilitación estén
concluidas.
Fuentes de los profesionales afiliados a Astracoma reconocieron
que tras conocer la oferta de los responsables del CIM decidieron
paralizar sus protestas toda vez que, en esos días, también
recibieron la autorización para verter escombros «limpios», (sólo
tierra y piedras), en la cantera de na Carnicera, en Calvià. De
momento, y hasta que esté operativa la planta de selección de
residuos de Bunyola, los transportistas están llevando los
escombros a la planta de Llucmajor aunque algunos días, como es el
caso de esta semana, los responsables han pedido que no lleven
tantos vehículos a la instalación ya que «están desbordados».
Ante esta situación, los «escombristas» han llevado, pero no han
vertido, los contenedores a Can Set y a Can Barceló donde,
aseguran, se concentran mil recipientes llenos de escombros a la
espera de tener un lugar propio. Cabe recordar, en este sentido,
que los afiliados a Astracoma se han negado a llevar los restos de
obra a las plantas de selección autorizadas por el Govern y que
siempre han defendido que quieren llevar los escombros a una
instalación gestionada por ellos.
La reunión con Munar, clave para alcanzar una
solución
Cuando los transportistas de escombros se reunieron con Maria
Antònia Munar el pasado 25 de abril anunciaron, por sorpresa, que
pararían sus protestas. Todo el mundo se preguntó entonces qué era
lo que les había ofrecido Munar para conseguir la paz y ahora, a
pesar del secretismo en las negociaciones, se ha hecho público.
Munar les ofreció el terreno en Bunyola y los transportistas
adoptaron, entonces, un mutismo sospechoso. Sin embargo, este
acuerdo no ha sentado nada bien en la Conselleria de Medi Ambient.
Consideran que ha habido «conspiración» para «pasar por encima» del
Govern.
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