El jefe superior de la Policía Nacional en Balears, Eduardo Pérez
Extremera, aseguró ayer que la operación policial desplegada en dos
fincas agrarias de Mallorca, una en Inca y otra en la carretera
vieja de Sineu y ambas del mismo propietario, fueron provocadas por
las denuncias de tres trabajadores ecuatorianos que, una vez
regularizada su situación, se acercaron libremente a la comisaría
para denunciar casos de «explotación laboral». Al parecer, y según
las denuncias de los inmigrantes, el propietario de las fincas, uno
de los mayores productores hortofrutícolas de la Isla, retenía la
documentación de los trabajadores para que no pudieran dejar el
trabajo y también le retenía parte de sus sueldos argumentando que
esa cantidad era para tramitar diversos permisos.
«Los inmigrantes han asegurado que tras la retención aplicada
por el propietario correspondiente al mes de mayo sólo cobraron
13.000 pesetas» señaló. Asimismo, y siempre la versión dada por los
denunciantes a la policía, el empresario pagaba 650 pesetas la hora
a aquellos inmigrantes con documentación mientras que a los «sin
papeles» les pagaba 600 pesetas la hora. En este sentido, Pérez
Extremera señaló que, aunque el diferencial es pequeño, «supone una
discriminación para aquellos trabajadores no regularizados y, por
tanto, un posible delito».
Respecto a las condiciones en la que se encontraban los 51
trabajadores identificados, 23 de ellos no tenían su documentación,
el jefe superior de Policía aseguró que «aunque no estaban en una
situación infrahumana si que estaban en condiciones precarias».
Así, aseguró basándose en la denuncia, los inmigrantes trabajaban
12 horas diarias y habitaban una casa en la propia finca «sin luz
ni agua». Pérez Extremera, que afirmó que el propietario había
pagado el desplazamiento hasta la Isla de los inmigrantes y que
había colaborado en todo momento con las fuerzas de seguridad,
recordó que una vez instruidas las diligencias éstas pasarán al
ámbito judicial, «independientemente de la tramitación
administrativa del caso que realicen los tres funcionarios de
Inspección de Trabajo que participaron en la operación».
Por su parte, el coordinador de Unió de Pagesos, Joan Mas,
reiteró que los 23 inmigrantes indocumentados están actualmente en
proceso de regularización y que están incluidos en los listados que
facilitaron a la Conselleria de Treball para la tramitación
especial de permisos. Mas, que recordó el acuerdo de la Mesa de
Diálogo Social en la que se pide que no se criminalice a aquellos
empresarios que quieren regularizar a sus trabajadores, negó que
los inmigrantes estuvieran en condiciones infrahumanas, «ya que
vivían en la misma casa que han habitado, en ocasiones, los mismos
propietarios».
El coordinador de Unió de Pagesos aseguró, en este sentido, que
las denuncias «son falsas» y que vienen motivadas por la intención
de los ecuatorianos de dejar el trabajo sin dar al empresario los
quince días que establece la ley. «El productor ha intentado
arreglar el tema a través de cartas certificadas pero los
ecuatorianos, en vez de ir a sindicatos, abogados o juzgados de los
social han ido a la policía».
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