Un centenar de vecinos de las barriadas de San Jordi y S'Aranjassa
se manifestaron ayer en contra del proyecto para instalar en la
zona una macrodepuradora cogiendo sus bicicletas y efectuando un
recorrido reivindicativo por las carreteras limítrofes al solar
donde se ubicará.
La protesta, segunda de este tipo que pone en marcha la
Plataforma en Defensa des Prat, comenzó a las 11'00 de la mañana
ante las puertas de la actual depuradora. Mayores y pequeños, la
mayoría de ellos portando camisetas en contra del proyecto,
comenzaron a pedalear mientras los portavoces de la plataforma
explicaban a los medios y a los curiosos que no están dispuestos a
permitir la construcción de un complejo de estas características en
un solar tan cerca de las poblaciones urbanas «por que la normativa
no lo permite».
En un principio la nueva depuradora ocupará 70.000 metros
cuadrados en un solar limítrofe con la barriada de San Jordi. En
este sentido, los portavoces recordaron que la pendiente del
terreno actuaría de «barrera de contención» y que, en caso de
inundación «puede provocar que el agua no pueda ir al mar y nos
quedemos anegados».
El tema de los malos olores también se convierte en una causa
más para que los vecinos rechacen la nueva construcción. Ya se
quejan de los olores que desprende la depuradora actual, «así que
la situación empeorará si se construye una instalación con más
capacidad».
Concretamente la macroinstalación en ciernes tendrá capacidad
para depurar de 40.000 metros cúbicos de agua diarias lo que hace
afirmar a los vecinos que «el olor puede ser insoportable».
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