Siete niños de Son Sardina, de tres y cuatro años de edad, tendrán
que desplazarse, a partir del mes de septiembre, a unos ocho
kilómetros de su lugar de residencia para poder asistir a las
clases de educación infantil en el colegio público de Establiments.
Los padres de estos niños y niñas querían que sus hijos acudieran
al colegio público Maria Antònia Salvà y se han llevado la
desagradable sorpresa de quedarse sin plaza escolar en su
localidad.
Estos padres y madres, que ya han protagonizado varias acciones
de protesta tras haber intentado llegar a un acuerdo por la «vía
del diálogo», no acaban de comprender por qué sus hijos no pueden
estudiar en Son Sardina y «en cambio en el colegio público que
pagamos entre todos sí pueden estudiar los hijos de los
trabajadores del Polígon de Son Castelló y los de los profesores de
la Universitat de les Illes Balears (UIB)», apuntan.
Los padres ya han recogido más de 700 firmas de apoyo para que
sus hijos puedan acudir al centro escolar Maria Antònia Salvà y
ahora están inmersos en una campaña de concienciación vecinal
repartiendo octavillas explicativas, casa por casa, para que
«nuestros vecinos tengan clara cuál es la situación real y por qué
nuestros hijos no pueden acudir al colegio de Son Sardina»,
comentan.
«Lo que no nos ha gustado en absoluto es la actitud de la
directora del centro y por ello pedimos su dimisión», apostilló uno
de los padres, tras explicar que al no ser posible dialogar con el
Consejo Escolar ni la asociación de padres y madres del centro,
acudieron a explicar su problema a la Conselleria d'Educació i
Cultura. Aunque estos padres creen que la mejor solución pasa por
la ampliación del actual centro, la Conselleria les ha adjudicado
plaza escolar en Establiments.
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