La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, lanzó
ayer una arriesgada propuesta al exponer públicamente la necesidad
de poner limitaciones a la entrada de más residentes a Mallorca.
«Hay que procurar poner limitaciones a que venga más gente a la
Isla porque llegará un momento en que esto no será Mallorca, sino
que será Hong-Kong y, cuando eso pase, no vendrá ni siquiera el
turismo, ni el de calidad ni el de no calidad», afirmó la
presidenta de la primera institución mallorquina. Tras mantener un
encuentro con el president del Govern y las presidentas de los
otros dos consells, en el que no se habló de urbanismo sino de
normalización lingüística, Munar reiteró que es básico para
Mallorca que el nuevo modelo de territorio defina un techo
poblacional para la Isla.
Munar también consideró que sería conveniente propiciar un
decrecimiento turístico «controlado por el sector y por el Govern,
que sería positivo porque tendería a un turismo de calidad». En
cualquier caso, sí preciso que es negativo que este descenso
turístico se deba a causas ajenas, como la mala imagen de Mallorca
durante la pasada huelga. La presidenta reflexionó sobre el hecho
de que Mallorca ocupa un territorio limitado y se preguntó cuántos
habitantes pueden vivir en Mallorca en un futuro determinado. Desde
esta reflexión, la presidenta defendió la moratoria urbanística
anunciada por el Consell y estimó que, si se comienzan a establecer
excepciones, como es el caso de las viviendas de protección
oficial, la moratoria será inútil.
Munar consideró que esto es una excusa «para que los de siempre
sigan haciendo viviendas» y opinó que no se producirá «una
catástrofe» por el hecho de dejar congeladas durante unos meses las
licencias para este tipo de viviendas. «Si a todo el que viene se
le ha de hacer una vivienda, no servirá de nada tratar de frenar el
crecimiento», señaló la presidenta. Munar se mostró además crítica
con el sistema de construcción de viviendas de protección oficial,
que ha generado 'ghettos' en los que es muy difícil lograr la
integración. A cambio, propuso que parte de lo edificios
abandonados en las ciudades de rehabiliten y se destinen a este
tipo de construcciones.
En cualquier caso, Munar también aseguró estar dispuesta a
estudiar este asunto con los demás socios del Pacte. «Soy una
persona demócrata que acepta lo que diga la mayoría y, si la
mayoría lo ve de otra manera, seguramente se hará así», sentenció.
El president del Govern se pronunció ayer sobre la polémica
suscitada por la suspensión de la construcción de viviendas
sociales y aseguró que se trata de una prioridad del Govern «que se
hará para dar respuesta a la problemática de la vivienda». «De
ninguna manera se tolerarán normas contra la construcción de
viviendas de protección oficial», afirmó Antich.
Mil viviendas sociales que proyecta el Govern,
pendientes de la moratoria
Algo más de un millar de viviendas de protección oficial que en
estos momentos tiene en proyecto el Govern quedarán en suspenso si
se aprueba la moratoria tal y como está redactada, según datos
ofrecidos por el president del Govern y por el director genera
d'Habitatge, Jaume Carbonero. Carbonero recordó que, en estos
momentos, hay más de 4.000 solicitudes para conseguir una de las 75
viviendas de este tipo que se están construyendo en Palma.
Carbonero confió en que el Consell modifique su propuesta que
calificó de «precipitada». «No es presentable que se pare la
construcción de viviendas de protección oficial», insistió.
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