Sabater, que declaró durante más de una hora, explicó que estas
anotaciones las escribió hace tres años, durante la anterior
legislatura, coincidiendo con su etapa como delegado de personal.
Explicó que hizo estas anotaciones para «catalogar» a las personas
que se sentaban frente a él en la mesa de negociación, pero que se
trataba de una información personal y que, en ningún caso,
pretendía que se hiciera pública.
El imputado señaló que en estas fichas, por una parte, apuntaba
el cargo que ocupaba cada trabajador y, después, él realizaba una
valoración subjetiva de esta persona. Sin embargo, el jefe de
informática insistió en que hace mucho tiempo que guardó estas
anotaciones en el cajón de su mesa de trabajo y que alguien
(seguramente otro trabajador del Parlament) se las robó y después
se encargó de difundirlas en la prensa. Sabater explicó también que
él se enteró del tema cuando lo vio publicado. Por último, insistió
en que ninguno de sus jefes le ordenó que escribiera esta
información.
Fuentes próximas a la investigación señalaron que con casi toda
probabilidad Sabater quedará exculpado, porque no es ningún delito
escribir datos personales de sus compañeros, siempre y cuando esta
información no se difunda. Quien habría cometido el delito es la
persona que se encargó de difundir estas fichas quien, hasta este
momento, no se sabe quien es. El juez ha pedido al Parlament que le
entregue más información para continuar investigando el caso. Ayer
un perito caligráfico ratificó ante el juez que el autor de estas
anotaciones había sido Sabater.
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