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El Camp d' Aprenentatge de sa Cala de Sant Vicent en Eivissa, organizado por el Taller de Flauta Dolça, acoge durante esta semana el primer turno de participantes en el campus musical, una actividad que organizan desde hace varios veranos con la finalidad de combinar el ocio con la práctica musical de niños y jóvenes de diferentes edades. Un total de 30 niños, con edades comprendidas entre cinco y nueve años, pasan una semana en el campamento en el cual disfrutan de clases instrumentales, dramáticas y de danzas del mundo. Las actividades instrumentales se realizan en torno a la flauta dulce e instrumentos de percusión como el piano o el xilófono.

«Pretendemos iniciar a los niños en el lenguaje musical. Durante las clases de música aprenderán a cantar, leer partituras y tocar un instrumento» asegura Paco Serrano, el director musical de estos talleres. En el campamento se aprovecha la ocasión para enseñar a los niños algunos bailes típicos de diferentes lugares del mundo, incluyendo por supuesto con diferentes ritmos y acordes de las melodías del folklore de cada lugar. «En las clases dramáticas pretendemos enseñar a los niños a respetarse y a estar en escena, además de ensayar para la obra de teatro que estamos preparando para el final del curso», explica el profesor Xema Palanca. «La verdad es que no tenemos mucho tiempo pero intentamos combinar un poco de todo» añade el encargado de la enseñanza dramática del campamento musical.

Todas las actividades planeadas se centran alrededor de una obra de teatro que se realizará esta tarde a partir de las 20'00 horas en el Saló Parroquial de Sant Vicent para que los padres puedan apreciar lo que los niños han aprendido durante su estancia en sa Cala. La programación estival del Taller de Flauta Dolça acogerá a 90 jóvenes de diferentes edades que pasarán este año por el campamento de sa Cala en tres turnos diferentes que separarán desde los más pequeños a los más grandes. La convivencia entre los participantes a la hora de dormir, comer y realizar excursiones a la playa y el perfeccionamiento y conocimiento de las técnicas musicales, centran la programación de estos cursos en los que además de pasarlo bien los niños hacen nuevos amigos y se relajan a través de la interpretación musical. Para muchos de ellos estas pequeñas vacaciones son las primeras que pasan sin sus progenitores, por lo que el campus es todo un reto.