La localidad de Valldemossa celebró la fiesta de Santa Catalina Thomàs, acogiendo esta pintoresca localidad mallorquina a miles de visitantes, entre ellos muchos súbditos extranjeros que no quisieron perderse el desfile de la carrossa de la beata. Fue día de gran ambiente y también de ilusiones, sobre todo para la representante de la beata, Aina Torres de la Rosa, y su corte de angelets compuesta por trece niños y niñas de corta edad.
A partir de las seis de la tarde, ya se notaba el fluir de visitantes que paseaba por las calles decoradas con profusión de macetas y se refrescaba con helados y las deliciosas cocas. Entrada la noche no cabía ni un alfiler. Sobre las diez de la noche, desde la plaça de Na Búger se inició el desfile que encabezó el padrí de la Beata, y fue seguido por los carretons engalanados con paumesy tirados por someretes a bordo de los cuales se pasearon niños y jóvenes ataviados con los trajes típicos de Mallorca.
Las mejores galas las lució como es costumbre, la galera Victòria, propiedad del Ajuntament, que con tanto esmero decoró Joan Mateu Ripoll Colom y que cerró el conjunto de carrozas. Desde ella la beateta Aina Torres, acompañada a pie por sus padres, Miquel Torres y Maria del Carme de la Rosa, y su corte repartieron sonrisas y caramelos durante el recorrido que estuvo ambientado con luz de bengalas y por la banda de música de Montuïri, que interpretó como único tema la popular tonada «Sor Tomasseta», como la colla de xeremiers de Sa Garriga.
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