Llega Alejandro Sanz

Además contará con una producción que supera con creces los montajes anteriores de esta estrella de la canción y que desde el jueves ya se ha empezado a organizar en el campo Lluís Sitjar, donde se llevará a cabo el espectáculo. Para este montaje, se han necesitado un total de 300 personas, 12 tráileres y tres furgones. En esta ocasión el escenario, que ocupa casi 60 metros de frente por 18 de fondo y tiene una altura de 22 metros, ha sido diseñado por Mark Fisher, especialista en grandes montajes, que ha trabajado con artistas de la categoría de Rolling Stones, U2 y Peter Gabriel, entre otros. Una larga pasarela, llamada provocador, acercará en momentos cumbres a Alejandro Sanz a su público.

Debido a las dimensiones del recinto y a la gran cantidad de gente que se prevé que asista a la cita, un total de 23.000 personas, se han instalado tres pantallas, dos laterales y una central. Para sonorizar el recinto serán necesarios más de 14.000 vatios, y para la iluminación un total de 300.000 vatios de luces espectaculares que protagonizarán efectos de la más avanzada tecnología. Las puertas de acceso, ubicadas en la Plaça Barcelona, se abrirán a partir de las siete de la tarde, si el montaje del escenario lo permite. A partir de ese instante, los asistentes se verán sometidos a un control de seguridad para evitar posibles incidentes. Benny Bestard, jefe de seguridad, aclara que las medidas que se llevarán a cabo serán las mismas de todo concierto, pero duplicadas, ya que «Alejandro Sanz mueve masas».

No se permitirá la entrada de botellas de cristal, latas, cámaras de vídeo y de fotografía profesionales. El dispositivo de seguridad congregará a un total de 86 profesionales, además de Policía Nacional, Policía Local, 45 socorristas, 5 ambulancias, 4 médicos y 2 UVI móviles. Todo ello para controlar los posibles incidentes que pueda protagonizar el público asistente. Recordemos que hace tres años en la gira «Más» se produjeron 281 desmayos y dos paros cardíacos entre sus seguidores. El torbellino Alejandro Sanz llega a la Isla después de conquistar al público americano y de recibir 24 discos de platino.