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El director del Centro Superior de Investigación de la Defensa (Cesid), el diplomático mallorquín Jorge Dezcallar, descansa durante estos días en Mallorca, casi mes y medio después de que fuera nombrado por el presidente del Gobierno, José María Aznar, máximo responsable de los servicios de inteligencia español en sustitución de Javier Calderón. Dezcallar, que es el primer civil en dirigir el Cesid, se mostró en todo momento reacio a realizar cualquier tipo de declaración, limitándose a indicar que «soy mallorquín, me encanta venir a mi tierra, de ahí que esté pasando aquí mis vacaciones».

Muy amablemente, pese a ser sorprendido dando un paseo matutino, atendió los requerimientos de este diario, aunque con la limitación del «no coment» en cuanto a realizar declaraciones sobre cualquier tema de actualidad, «estoy de vacaciones», puntualizó de forma tajante. Durante los días que lleva en la Isla se ha dedicado a realizar excursiones en barco por aguas de Mallorca y mantener algún que otro encuentro social con amigos y familiares.

Por cuestiones familiares, el director del Cesid tenía pensado pasar unos días en el País Vasco, pero las indicaciones del Ministerio del Interior abortaron su pretensión por motivos de seguridad, de ahí que recalara en la Isla y ampliará, más de lo previsto, sus días de estancia. Dezcallar, de total incógnito hasta ayer, se limita a disfrutar de la Isla y relajarse de sus ocupaciones, que tras su nombramiento han supuesto un giro radical a su vida profesional, dado que hasta el día de su nombramiento como director del Cesid era embajador de España en Marruecos, ocupando anteriormente el cargo de director general de Asuntos Políticos en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

En sus últimas visitas oficiales a la Isla, Dezcallar dió muestras, una vez más, de ser un perfecto conocedor de la realidad política, social y económica del Magreb y de toda la problemática derivada de la inmigración procedente del norte de Africa hacia nuestro país, afirmando que «es necesaria una ley de extranjería que suponga un marco de referencia claro». En este sentido, es coautor del libro «Racismo y xenofobia: búsqueda de las raíces». Su nombramiento como director del Cesid sorprendió a todos los círculos políticos del país, máxime cuando dicho organismo ha estado en el punto de mira por sus polémicas actuaciones en determinados asuntos policiales y de investigación de ámbito nacional.