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La Associació de Veïns del Puig de Sant Pere denunció ayer los incidentes que se produjeron el pasado viernes por la noche en Sa Llonja, que provocaron que se enfrentasen vecinos y músicos ambulantes que actúan en la zona, apoyados estos últimos por varios clientes de las terrazas. El enfrentamiento entre unos y otros, que obligó a que fuese requerida la presencia policial, fue provocado al negarse los músicos a dejar de tocar. Varias personas tuvieron que ser atendidas en Son Dureta. Desde estos sucesos no ha habido más actuaciones en la calle.

«Cada día los vecinos tenemos que soportar música en la calle, con bafles y amplificadores, por encima de los cien decibelios, desde las ocho de la tarde hasta cerca de la medianoche», señaló la presidenta de la asociación, Antonia Andani. Feli Marcos, vocal de Medio Ambiente de la asociación, indicó que «desde hace 10 años venimos pidiendo a Cort que haga respetar en Sa Llonja la normativa sobre ruidos», dijo, y añadió: «Está prohibido cantar con amplificadores en la vía pública y no se toman medidas contra esto».

Marcos señaló que «si hay un nuevo enfrentamiento, el responsable será el equipo de gobierno municipal por no haber tomado medidas», indicó, y señaló que los locales también provocan ruidos. «Los niños lloran porque no pueden dormir. Este mismo fin de semana hubo una fiesta en la calle Vallseca hasta las tres de la madrugada», añadió.

«Los músicos nos caen bien. Sólo queremos vivir tranquilos. Estamos estudiando demandar al alcalde de Palma, Joan Fageda, por la vía penal por dejación de funciones. Tenemos ya cuatro contenciosos administrativos contra Cort», concluyó. Dolores Barba, vecina de la zona que vivió los hechos del viernes, señaló que «Sa Llonja es una bomba de relojería y el viernes estalló. Además, la intervención policial no fue demasiado correcta. Los vecinos hemos sido los agredidos», dijo, y señaló que cada día hay entre diez y doce actuaciones en la calle.