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YAYO ÀLVAREZ / J.M.A. La zona de Sa Llonja vivió el viernes pasado un lamentable suceso que vuelve a poner en el disparadero una eterna disputa. La que existe entre empresarios y vecinos a causa del exceso de ruido nocturno en la que, hasta hace un par de años, fuera la más popular zona de copas de la ciudad. Los hechos tuvieron lugar pasadas las 22.00 horas en la plaza de Sa Llonja. En ese momento, cuando una cantante de tango actuaba para las personas que ocupaban las terrazas de los restaurantes allí ubicados, un vecino de unos veinte años bajó de su vivienda acompañado por cinco personas más.

El joven en cuestión se subió a un turismo que estaba aparcado en la misma plaza y entró en la zona de las terrazas. Según continúa el relato de varios de los testigos oculares de esta acción, el joven detuvo el automóvil en el centro de la plaza, lo abandonó con el motor en marcha y se dirigió hacia la cantante para abofetearla ante el estupor de los presentes. No contento con esto rasgó sus ropas, semidesnudándola. Un payaso allí presente, artista callejero que estaba esperando su turno de actuación, saltó en defensa de la cantante siendo agredido con brutalidad. Algunos clientes fueron también agredidos al intentar aplacar los ánimos del joven.

La espiral de violencia fue creciendo hasta convertir la tangana en una pelea dantesca en que se vieron involucradas casi 30 personas que quisieron linchar al agresor de la cantante y del payaso. Por fin y tras varias llamadas se personaron varios coches celulares de la Policía Nacional y de la Policía Local así como una ambulancia. Varios de los heridos, todos leves con cortes y contusiones, fueron trasladados a centros hospitalarios de Palma. Algunos de los propietarios de los restaurantes afectados declararon que «estos hechos sólo producen mala fama para la zona con el perjuicio económico consiguiente. Además se habla mucho del problema de los ruidos pero no de ciertos vecinos que desde hace ya cinco años quieren tomarse la justicia por su mano provocando estas situaciones tan lamentables. Además, en esta ocasión, el ruido no es excusa puesto que la cantante no usaba un amplificador potente y era una hora temprana».

Otros empresarios declinaron hacer declaraciones para, según sus propias palabras, «evitar represalias de los susodichos vecinos». Los dueños de los restaurantes de la plaza de Sa Llonja tienen perfectamente identificados a los agresores «ya que se trata siempre de dos personas, miembros de la misma familia. Hemos cursado repetidas denuncias contra ellos pero parece que gozan de impunidad ya que no se han tomado medidas para que esta situación deje de repetirse. Además no dejan de tirar todo tipo de objetos sobre nuestros clientes. Garrafas de agua, excrementos y otros tipos de basura orgánica son algunos de los recogidos por nuestros clientes y empleados».