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Los 73 emigrantes mallorquines interrogados por las autoridades judiciales argentinas en el curso de una comisión rogatoria ordenada por el juez de Eivissa José Espinosa negaron haber sido objeto de cualquier «manipulación» encaminada a forzar su inscripción en Formentera para votar en las pasadas elecciones autonómicas de Balears. Ese sufragio colectivo habría, supuestamente, beneficiado al Partido Popular (PP), circunstancia que originó el denominado «caso Formentera». Ante el giro de los acontecimientos, que el abogado Rafael Perera, que coordina la defensa de los imputados, calificó de «copernicano», anunció que pedirá el sobreseimiento de la causa inmediatamente después de que el caso llegue al Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB).

El juez instructor del «caso Formentera» solicitó hace 17 meses la creación de la comisión rogatoria, a la vista de que el hecho central de la denuncia residía en la inscripción en el censo electoral de Formentera de 73 electores con raíces mallorquinas residentes en Argentina. De las 73 personas citadas, declararon 68, porque los restantes no pudieron ser localizados o, incluso, alguno había fallecido. Fueron interrogados siguiendo las pautas contenidas en un pliego de preguntas redactaadas por el fiscal de Eivissa, Antoni Torres, que el juez incluyó en la comisión rogatoria con algunos de los recortes de periódicos de Balears que publicaron información sobre el caso. Algunas de las declaraciones de los emigrantes mallorquines fueron las siguientes:

José Cifre Vives: «Nunca me dijeron a quiéen tenía que votar, sino que voté yo libremente; me inscribí en Formentera porque había un proyecto de comprar una casa y me pareció lo más conveniente; no conozco a persona alguna que tuviera interés para que me inscribiese en Formentera».

José Roberto Tur Schmidhalter: «Desmiento lo publicado por cierta prensa balear; me hice ciudadano de Formentera porque me gustó muchísimo; toda mi familia paterna es de San Mateo, Ibiza; no conozco a persona alguna o funcionario que tuviese interés en que yo me inscribiese en Formentera a efectos de ejercitar el derecho al voto».

Pilar Mercedes Roura: «Se nos informó en el consulado de que para votar teníamos que sacar la doble ciudadanía; yo tenía la inscripción en Palma y decidí cambiar a Formentera porque me pareció mejor».

Miquel Fornés Quetglas: «Estoy sorprendido (al leer un diario balear con sus declaraciones); el texto es correcto, pero hubo publicaciones en las cuales hubo palabras que yo (no) manifesté; firmé personalmente la instancia de inscripción en el consulado español, pero me la llenó un familiar porque tengo un montón de faltas de ortografía».

Según Rafael Perera, «todas las personas, sin excepción, negaron haber sido objeto de manipulación, lo cual da al caso un giro de 180 grados porque desmonta la tesis acusatoria del fiscal».