El diagnóstico del Pla Territorial de Mallorca encargado por el
Consell admite que la Isla padece una «situación jurídica poco
estable» y que existe la «sensación de inseguridad entre los
ciudadanos» por la superposición y amalgama de normas aprobadas por
las instituciones. El diagnóstico, que fue entregado a todas las
fuerzas políticas la semana pasada, analiza en 270 páginas la
situación de Mallorca desde el punto de vista territorial,
económico, social y medioambiental con el fin de plantear
soluciones a través del Plan Territorial, que será aprobado
inicialmente en abril.
El documento, que obra en poder de este periódico, asume que
«una serie de medidas urbanísticas y legales han ido anegando el
territorio legal de Mallorca para frenar el exacerbado
desarrollismo que estaba sufriendo». Sin embargo, la complejidad de
las normas legales sobre urbanismo y la ordenación del territorio
han conllevado, de manera directa, unos reglamentos y figuras de
planeamiento que han conformado una estructura compleja y difícil
de comprender para una persona no inmersa dentro de la disciplina.
«Esta complejidad estructural ha devenido en una dificultad para
gestionar, proyectar y decidir el planeamiento urbanístico enorme,
tanto desde los particulares como desde los propios técnicos, tanto
de la administración como autónomos», señala el documento de la
asesoría técnica IDOM, encargada de elaborar el Pla Territorial de
Mallorca.
El diagnóstico del PTM destaca que el vertiginoso desarrollo
urbanístico de Mallorca se ha llevado a cabo de una manera
«espontánea», con poco control por parte de la administración y
poca consideración hacia las posibilidades de sostenibilidad del
modelo de la Isla. Los técnicos resaltan que algunos municipios
como Algaida, Selva o Estellencs aún no tengan planteamiento
municipal, y que deban regirse por las Directrices de Ordenación
del Territorio. Además de la compleja situación jurídica, el PTM
también alerta sobre la «excesiva colonización de la isla» y la
«falta de salida al mercado del suelo existente». El diagnóstico
propone «buscar un método para sacar esas bolsas de suelo latente
al mercado y no verse obligados a clasificar nuevo suelo y ampliar
la mancha de suelo urbano y urbanizable de los núcleos». Los
redactores del plan cuestionan, asimismo, «la escasa capacidad de
gestión de las administraciones competentes ante el rápido
crecimiento urbano».
El diagnóstico del Plan Territorial de Mallorca denuncia la
invasión indiscriminada de una parte importante del litoral, la
excesiva concentración del uso del territorio en pocos puntos, y
las tipologías edificatorias poco acordes con el urbanismo
tradicional, así como la edificación poco controlada en suelo
rústico. En este sentido, los autores del diagnóstico creen que «en
algunas zonas protegidas un inversor con dinero también puede
hacerse con una vivienda». El estudio previo a la aprobación del
Plan Territorial advierte sobre el «efecto barrera» de ciertas
infraestructuras y la creación de desarrollos industriales poco
integrados en el entorno, así como la presencia de instalaciones
industriales en suelo rústico.
El diagnóstico propone, en el caso del patrimonio cultural, la
reconversión de algunas possessions para su uso en establecimientos
de agroturismo o industria terciaria limpia. El análisis del sector
turístico ocupa buena parte de las 270 páginas del diagnóstico del
Pla Territorial de Mallorca. Según los autores, «la estacionalidad
del turismo constituye un grave problema para la Isla». El plan
propone «llevar turismo hacia el interior y trabajo terciario de
calidad, teletrabajo y convenciones hacia la costa». El diagnóstico
critica la falta de viviendas de protección oficial y la
disminución de la rentabilidad de las explotaciones agrarias a
favor de la edificación. Para finalizar, el plan alerta sobre la
«presión demográfica y urbanística», con un techo poblacional que
se eleva a 1.969.205 plazas.
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