El matrimonio formado por Francisco Castillo y Maria Palou, ambos
jubilados, vive en una de las zonas más tranquilas de Palma, es
Molinar, pero desde hace ya varios años no pueden disfrutar de
dicha tranquilidad debido a los trabajos que lleva a cabo una
herrería que hay al lado de su vivienda. Francisco, que cumplirá
ochenta años el próximo mes de octubre, cuida con una especial
dedicación a Maria, de setenta y ocho, ya que ella padece la
enfermedad de Alzheimer. El propio Francisco tiene asma desde su
juventud.
El matrimonio vive en la calle Ventada número 36 de es Molinar,
en una planta baja. Pegada a su vivienda, en el número 38, hay una
herrería que lleva funcionando, al parecer sin licencia de
actividad, desde hace varios años. Francisco denuncia que la
herrería no sólo provoca ruidos a lo largo de todo el día, sino
que, y esto sería lo más grave, los humos de las soldaduras entran
en su vivienda a través de las ventanas y la puerta, con los
consiguientes perjuicios para la precaria salud de Francisco y
Maria.
Francisco lleva unos ocho años luchando para intentar arreglar
este problema. Primero habló con el propietario de la herrería,
pero éste no le hizo caso. Con posterioridad, desde 1997 se ha
dirigido en distintas ocasiones al Ajuntament de Palma para
denunciar la situación y finalmente ha puesto el asunto en manos de
la Justicia. Ya en junio de 1999, el secretario del Consistorio,
Agustín Estela, señalaba en un documento municipal que la
mencionada herrería «al parecer, no dispone de la preceptiva
licencia municipal que posibilite su funcionamiento», indicaba, por
lo que se informaba al propietario del negocio de que, de no
presentar la licencia de actividad requerida, se dictaría
resolución municipal de clausura y cierre de la actividad como
medida cautelar. Dos años después, el 28 de junio de 2001, la
Gerència d'Urbanisme afirmaba en un informe que «una vez
consultados los archivos informáticos de la Secció de Llicències
d'Activitats con las cifras aportadas no se ha encontrado ningún
tipo de solicitud de licencia», indicaba.
La regidora del Grupo Municipal del PSIB-PSOE en Cort Maria
Antònia Ferrari pidió el 4 de julio pasado, a la vista de estos
hechos, un decreto de cierre de la herrería. Por último, el 23 de
julio de 2001, la Gerència d'Urbanisme informaba de que «el
expediente de denuncias de actividades, junto con el de actividades
se encuentra en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo a
efectos de concretar la disponibilidad de licencia de apertura, sin
que a día de hoy se haya resuelto», resumía. El teniente de alcalde
de Urbanisme, Rafel Vidal, señaló ayer que su departamento volverá
a interesarse por este caso para ver en qué situación se encuentra
el expediente abierto en su momento.
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