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La grave situación internacional está afectando ya al hasta ahora boyante mercado de cruceros turísticos. Ayer estaba prevista en Palma la presentación del nuevo paquebote R-8, pero la compañía armadora, Renaissance Cruises, con sede en los Estados Unidos, acaba de presentar suspensión de pagos a raíz de la avalancha de anulaciones en los vuelos programados.

En consecuencia, ha quedado paralizada su nueva flota de ocho cruceros gemelos de súper lujo, ya que operaban en un noventa por ciento con pasaje norteamericano. Esta naviera de nueva creación para cruceristas de alta capacidad adquisitiva, mantenía una presencia constante en Palma desde hace dos años, con más de treinta visitas anuales. La situación psicológica tras el atentado de Nueva York y el clima prebélico actual es más preocupante en el sector por la dependencia de la clientela estadounidense en el Caribe, donde opera el grueso de la actividad.

Por su parte, el pasado martes fue presentado en Palma el Sun Bay, un minicrucero que opera como un yate a precios competitivos y que también ha debido anular el programa de invierno en el Golfo Pérsico. Según indicó su capitán, Harm Hansen, acompañado del agente consignatario Tim Klein, de Marítima del Mediterráneo, «la gente tiene miedo a viajar en avión, por lo que el buque operará por el momento en el Mediterráneo, con base en Niza». Asimismo, destacó que pese a que trabaja para el mercado alemán, «también se han producido muchas cancelaciones, pero no estamos muy preocupados».

La situación ha determinado un incremento de los niveles de seguridad en el acceso a los buques. A raíz del secuestro del trasatlántico Achille Lauro en 1985 por un comando terrorista, se establecieron ya especiales medidas de control que desde entonces se han plasmado mediante arcos de detección de metales y tarjetas personalizadas. De todas formas, según el capitán Hansen, el riesgo es mucho mayor en un avión, al ser un medio de transporte más flexible. Otra cuestión, puntualizó, son los megacruceros con capacidad para dos mil o tres mil pasajeros.

Algunas compañías, como Star Cruises, han contratado a bordo comandos armados de Gurkas, dispuestos a rechazar el ataque de los piratas en los mares del Sudeste asiático. Una medida extrema y pintoresca que podría extenderse a partir de ahora en distintas facetas.