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La moratoria del Consell de Mallorca «infringe el principio de jerarquía normativa (...) y está más inspirada en un principio de oportunidad política que en un principio de racionalidad urbanística», dijo ayer José María Mohedano, abogado de la CAEB que pidió su anulación. Mohedano, encargado por la CAEB de redactar las alegaciones a las moratorias del Govern y del Consell, calificó de «absurdo» que se apruebe antes el Plan Territorial de Mallorca (PTM) que las Directrices de Ordenación Territorial (DOT).

Para el letrado «si el PTM se tiene que adaptar a los estándares mínimos de las DOT, lo que es absurdo es que sin poderse fijar todavía los criterios del PTM porque hay que esperar lo que dicen las DOT, y existiendo una norma cautelar de las DOT, se apruebe otra norma para proteger las previsiones del PTM». «Qué razones hay, si no es por motivos de oportunidad política y no de racionalidad urbanística, para que siga en vigor otra norma cautelar del Consell», se preguntó.

La alegación que, según el letrado, «mejor expresa la ilegalidad y la inseguridad jurídica» de la moratoria del Consell es la derivada de la infracción del artículo 17 de la LOT, según la cual «sólo se puede aprobar una norma cautelar por cada instrumento de ordenación territorial mientras se esté elaborando». Otro de los aspectos destacado por el abogado es el hecho de que no se haya encargado un dictamen al Consell Consultiu, «como es preceptivo». Por otra parte, según los cálculos de la asociación de promotores, la prevista disminución de 4.000 viviendas puede suponer pérdidas por valor de 120.000 millones. En materia social significa que uno de cada dos trabajadores del sector de la construcción pierda su trabajo, dijo su vicepresidente, Gabriel Oliver.

El presidente de la Asociación de Constructores de Balears, Manuel Gómez manifestó ayer, en relación a la dimisión de Ferrer, que «tenemos dudas de que haya sido un gestor al que se le haya permitido elegir con libertad a su equipo». Desde esta perspectiva, «es difícil exigírsele responsabilidades», agregó Gómez, para quien uno de los problemas de estos dos años ha sido «la inviabilidad del Plan de carreteras que el Govern anterior aprobó con un presupuesto de 50.000 millones en ocho años y que por motivos ideológicos y por una decisión del partido socialista que Ferrer no tuvo más remedio que acatar, quedó paralizado».

«Eso ha significado que Balears ha perdido en dos años 16.000 mi millones para mejorar las infraestructuras viarias», dijo.