Francesc Quetglas, junto Josep A. Ferrer y Rodríguez y Cabellos. Foto: T.AYUGA.

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Lo que era un secreto a voces quedó plenamente confirmado ayer, poco después de la toma de posesión de Francesc Quetglas como nuevo conseller de Obres Públiques, Habitatge i Transport. Su predecesor en el cargo Josep Antoni Ferrer presentó su dimisión porque, prácticamente, el president Francesc Antich no le dejó otra salida al plantearle el pasado martes su deseo de «cambios» y «más impulso» a ese departamento. «Hablé con él (Ferrer) y le dije que tenía ganas de cambios en una conselleria clave para el Ejecutivo que presido», dijo Antich en la rueda de prensa que ofreció junto a Quetglas en el Consolat de la Mar.

Al transmitir ese deseo, Antich allanó el cese de Ferrer, que se convirtió en el segundo miembro del equipo del Govern dimitido forzosamente, tras Misericòrdia Ramon en Innovació i Energia. El otro conseller que no agotó la legislatura al frente de Agricultura fue Joan Mayol. Sin embargo, el president del Govern insistió en que «no presionó» a Ferrer para que adoptara esa decisión de abandonar su cargo, y reiteró que no había perdido la confianza en él. «Sencillamente, hacía falta un nuevo impulso para culminar los proyectos en esta conselleria; Ferrer toreó temas muy delicados, su labor no fue fácil y le agradezco todo lo que ha hecho hasta ahora», subrayó.

Antich presentó a Quetglas como un «veterano» con gran dominio de los temas afines a la conselleria que dirigirá, al menos, hasta que acabe la actual legislatura. «A él le corresponde la difícil papeleta de culminar el Plan de Transporte, dar más impulso al acceso a la vivienda y consensuar el modelo de ordenación del territorio», explicó. Quetglas, por su parte, insistió en que el tiempo que tiene por delante (un año y medio) será «suficiente» para plasmar en realidad todos los objetivos planteados, ya que «Ferrer ha hecho una labor muy buena y me ha puesto las cosas muy fáciles».