Los sacerdotes mayores dispondrán de una residencia para poder poder pasar sus últimos años de vida. El obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, inauguró y bendijo ayer la nueva residencia sacerdotal de Sant Pere i Sant Bernat, ubicada en el antiguo hospital del mismo nombre, construido en el siglo XV y abierta a los religiosos de Mallorca. La residencia se halla ubicada en el número uno de la calle de Sant Bernat, en las inmediaciones de la Catedral de Palma.
La residencia tiene capacidad para albergar hasta 30 personas, entre sacerdotes y el personal a su cargo. De momento ya han solicitado plaza once sacerdotes y tres familiares de los preveres que se encargarán de atenderlos. La comunidad de las Carmelitas Misioneras Teresianas, estará al servicio del centro con cuatro religiosas. La residencia cuenta con apartamentos individuales para cada uno de sus futuros inquilinos, además de las dependencias comunes de la casa que dispone de capilla, biblioteca, sala de ocio, jardín y varios espacios de meditación y asueto.
El obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, pidió ayuda a Dios para «vuestros sirvientes que estrenan esta residencia y pedímos humildemente vuestra bendición, para que, al habitar en ella, la sintamos como refugio». Con las palabras que «con esta agua, al revivir el bautismo, os recuerde Jesucrito que nos salvó a todos con su muerte y resurección» y posteriormente bendijo las instalaciones. La residencia sacerdotal de Sant Pere i Sant Bernat es una obra social del Capítulo de la Catedral y de la Cofradía de Sant Pere y Sant Bernat. El proyecto de restauración del edificio ha sido elaborado por el arquitecto Sebastià Gamundí y ha sido ejecutado por la empresa constructora Llabrés Feliu.
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