La planta de selección de residuos entrará en funcionamiento la próxima semana. Foto: T.AYUGA.

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La planta de selección de residuos de construcción ya es una realidad; estará operativa la semana que viene y permitirá tratar 2.000 metros cúbicos de escombros al día, según comentaron las autoridades del Consell Insular y responsables de Tirme durante su inauguración. De esta forma se acaba, aseguró la presidenta del CIM, Maria Antònia Munar, «de forma definitiva con el problema de los escombros en Mallorca». Cabe recordar, en este sentido, que los transportistas de escombros protagonizaron una de las protestas más sonadas de los últimos tiempos al mantener sus vehículos aparcados en el Consolat de la Mar durante varias semanas.

La planta de selección ubicada en «es Rafalot», junto a Son Reus, tiene una superficie aproximada de 25.000 metros cuadrados y estará gestionada durante dos años por los socios de Astracoma para, posteriormente, ser gestionada por Tirme. Esta instalación dispone de una zona para descargar los escombros, otra para seleccionarlo y otra para almacenarlos. Los escombros limpios, piedras y tierra, se reutilizarán para la rehabilitación de canteras mientras que el resto de desechos se reciclará o se incinerará. Los trabajos de preparación de la finca han consistido, básicamente, en impermeabilizar el terreno mediante una geomembrana instalada bajo la superficie del terreno.

El presupuesto de la iniciativa, sin contar la maquinaria específica, es de unos cien millones de pesetas y nace con la intención, recogida también en el plan director de residuos, de convertirse en la planta de selección de escombros de referencia en la Isla. En la actualidad se generan en Mallorca cerca de 800.000 metros cúbicos de escombros al año y muchos de ellos se vertían en instalaciones ilegales. «Ahora sí que se puede cerrar vertederos ilegales por que los transportistas de escombros tienen una alternativa. No tenía sentido que se les cerraran canteras como la de Can Set y que no se le dieran otras posibilidades», aseguró Munar. Por su parte, el presidente de Astracoma, Joan Sastre, aseguró que con la planta «se reguraliza nuestra situación y se da un gran paso adelante para evitar que los escombros se viertan en cualquier parte».