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La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), que agrupa a 15 grandes superficies españolas, confirmó ayer una «ralentización del consumo» en España, en general, y Balears, en particular, como consecuencia de la crisis desatada tras los atentados terroristas en Estados Unidos. «Este año, vamos a facturar menos, pero nunca por debajo de los 4'4 billones de pesetas del 2000», declaró a Ultima Hora el portavoz de ANGED, Antonio Bernabeu. «Desde la patronal observamos la situación con optimismo, a pesar de los problemas creados por la inestabilidad del momento. Hay que tener en cuenta que nuestro sector es muy dinámico y que tiene en marcha proyecto milmillonarios muy importantes», explicó Bernabeu.

Indicó que los datos oficiales del consumo en el primer semestre del año se conocerá en los próximos días, pero admitió que ese dato «será distinto» al que se conocerá en el segundo semestre, marcado éste por la situación de «perplejidad» que vive la economía mundial. Desaceleración también es un término empleado por los portavoces de las entidades financieras de Balears. «No estamos notando nada distinto a lo que ocurría antes de los atentados, donde se notaba una cierta desaceleración de la actividad económica, pero en todo caso, no es una situación crítica, ni muchísimo menos», dijo el portavoz de la Banca March.

En Sa Nostra, por su parte, señalan que el informe de coyuntura presentado la semana pasada «sigue vigente, y en él se recogía una pequeña desaceleración de la actividad económica en Balears». Ante la posibilidad de que gente mayor esté retirando sus fondos por el temor ante la situación de incertidumbre creada tras los atentados en Estados Unidos y la llegada del euro, según afirman testigos presenciales, los representantes de las entidades financieras lo negaron de forma rotunda. «No tenemos datos que confirmen esa cuestión», indicaron.

Además de la inestabilidad de la actividad económica, la implantación gradual de la moneda única es otro motivo de gran preocupación de bancos y cajas de ahorros, ya que este período transitorio acordado por la Unión Europea coincide con una situación de atonía financiera que está perjudicando el aterrizaje del euro, pese a que la mayoría de las cuentas bancarias ya figuran en la moneda única.