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Las clases prácticas del segundo curso de la Escola Urbana per a Cans, organizado por EMAYA, se iniciaron ayer en las inmediaciones del parque Krekovic, en el Polígon de Llevant. El instructor de las clases prácticas es el adiestrador canino José Molinero. «El ideal sería que el 100% de los perros que vienen a los cursos salieran bien educados, pero esto es casi imposible. Sin embargo, en el primer curso llegamos hasta casi el 80% de resultados positivos», destacó. «Durante seis sábados damos las pautas para que los dueños sepan qué es lo que tienen que hacer a lo largo de la semana», añadió, y señaló que es conveniente que los propietarios dediquen una media de unos veinte minutos diarios para dar a los perros un poco de adiestramiento.

Por su parte, el director del Àrea de Medi Ambient de EMAYA, Francesc Montalvà, indicó que el objetivo del curso es la educación canina, «pero también confiamos en la colaboración de los dueños de los perros para que se responsabilicen aún más del animal y lo eduquen para convivir con el resto de la sociedad», sintetizó. Diversos participantes mostraron ayer su satisfacción por la puesta en marcha de estos cursos. Rafel Amengual acudió con su chow-chow. «Creo que es una buena idea porque enseñan al perro y al amo a la vez», dijo.

Omar Sánchez se inscribió en el curso «para aprender a adiestrar al perro, para que se pueda relacionar con los demás y ser aún más sociable en la calle», destacó. «Me he apuntado por dos cosas. En primer lugar para dar un poco de educación al perro, y en segundo lugar porque creo que ahora hay una psicosis muy grande contra los perros y los propietarios hemos de contribuir a romper esta imagen negativa», afirmó Ismael. Joana Arrom acudió con su perra, mezcla de golden y de ca de bestiar. «La he traído para que aprenda a sentarse y para tenerla más controlada», resumió.

La consolidación de una iniciativa cívica y social
La Escola Urbana per a Cans tiene como objetivo final adiestrar a los perros y, al mismo tiempo, concienciar sobre la importancia que supone para Palma el que los dueños de las mascotas cumplan las actuales normativas sociales y medioambientales exigibles. El primer curso tuvo lugar entre mayo y julio de este año y en él se inscribieron unos sesenta propietarios de perros. En este segundo curso hay inscritos sesenta y seis. Están previstos tres cursos más antes de que finalice el año. Cada curso consta de una primera clase teórica, seis prácticas y una final, a modo de conclusión.