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A principios de 1999, el Govern del PP y el entonces conseller de Treball, Guillem Camps, anunciaban que Balears contaría con una unidad de alto riesgo biológico («nivel 4») para el aislamiento y tratamiento de pacientes con enfermedades muy contagiosas. De esa forma se iba a dar cumplimiento a un decreto de 1997 que recomienda la creación de una red nacional de este tipo de unidades y Balears "con ya cerca de diez millones de turistas que cada año visitan las Islas de los más variados lugares y nacionalidades" iba a ser pionero en el país. Sin embargo, este proyecto se quedó encima de la mesa y ahora, tras los ataques bioterroristas con ántrax, la Conselleria de Sanitat i Consum del Govern abrirá un debate entre todas los sectores implicados para ver si las Islas deben contar con este tipo de unidades y volverá a plantear la necesidad de su puesta en marcha.

Josep Pomar, director general de Sanitat, señalaba a Ultima Hora que desde que accedieron al gobierno se han mantenido dos reuniones para tratar esta cuestión, la última hace ya año y pico. Desde el punto de vista técnico no se consideró importante; otros pensaban que no era una prioridad y ello se sumaba al coste que tenía. Posteriormente llegó al Govern una propuesta de un país nórdico más fácil de montar pero no se llevó a cabo.

La alerta causada por el ántrax, señala Pomar, no requiere una unidad de aislamiento de «nivel 4» sino que son suficientes los medios que hay en las Islas «pero volveremos a plantear si es necesario crear esta unidad de aislamiento». Una unidad que se podría crear, se se cree que es oportuna, aprovechando la reforma de Son Dureta y su apuesta por una mayor especialización.

Esta semana, indica el director general de Sanitat, hay prevista una reunión con todo el sector sanitario para explicarles las directrices del Ministerio de Sanidad y «aprovecharé para plantear el debate y se estudie si hace falta o no tener unidades de aislamiento» de este tipo.