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El Govern ha decidido congelar la aprobación de la reforma de la ley general turística para evitar una nueva crisis política con Unió Mallorquina. El conseller de Turisme, Celestí Alomar, ya tiene lista la redacción de la reforma de la ley general turística, prevista en el programa del Pacte de Progrés, pero el Govern teme que Unió Mallorquina no acepte las modificaciones que han sido introducidas al texto que fue aprobado la pasada legislatura. «Ahora no es el mejor momento para aprobar la modificación de la ley general turística porque hay otros temas que deben consensuarse con UM», admitió a este periódico un miembro del Govern.

El Ejecutivo autonómico espera que concluya el debate territorial entre el Pacte y los nacionalistas para intentar convencer a Unió Mallorquina de la necesidad de aprobar en el Parlament la reforma de la ley general turística, aunque dirigentes nacionalistas ya han expresado públicamente que no existe ninguna necesidad de aprobar ninguna ley que regule el sector turístico. UM teme que la modificación de la ley general turística provoque otro enfrentamiento entre el Govern y los hoteleros, después de que haya pasado la «tormenta» por la aprobación de la ecotasa.

De hecho, UM ya manifestó públicamente su oposición al proyecto planteado por Celestí Alomar sobre la aplicación de cupos en relación a la creación de plazas turísticas en cada municipio, una posición política que fue debatida de forma clara y rotunda en la propia ejecutiva que dirige Maria Antònia Munar. UM entiende que la modificación de la ley general turística debería ser aprobada la próxima legislatura y ha recordado al Govern que ya tuvo que apoyar la ecotasa a pesar de que no existía ningún compromiso programático para sacar adelante el impuesto hotelero, que finalmente ha sido suspendido por el Tribunal Constitucional y arrinconado por el propio Govern.