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N. DOMBLAS/RUIZ COLLADO
El president del Govern, Francesc Antich, criticó ayer la «dejadez» hacia Balears con la que actúa el Gobierno y afirmó que no quiere pensar que el Ejecutivo central «quiera tomar el pelo a los ciudadanos de las Islas». El president valoraba así el deficiente resultado de la reunión que mantuvieron Joan Mesquida, Francesc Quetglas y José María González Ortea con el ministro Àlvarez-Cascos.

Antich ironizó con la posibilidad de que fondos del AVE lleguen a Balears y criticó duramente que el Gobierno diga que el Govern no ha pedido la declaración de servicio público para las rutas aéreas con el archipiélago.

Todos los partidos del Pacte se sumaron a las crítica de Antich. Para la presidenta de UM, Maria Antònia Munar, no es justo que, desde el Gobierno central, se decida el modelo de carreteras de las Islas, cuando la financiación de nuevas infraestructuras es además insuficiente.

La negativa del Gobierno central a financiar los desdoblamientos de carreteras que propone el Govern fue uno de los aspectos de la reunión más atacados por el Pacte. Para el coordinador de EU, Eberhard Grosske, es «triste» que desde el Gobierno quieran «dictar» la política de carreteras de Balears. «Aquí se harán autopistas cuando gobierne el PP, pero no ahora», afirmó Grosske de forma tajante. El coordinador de EU criticó también el papel jugado por José María González Ortea, a quien acusó de ser «el mamporrero de Cascos».

Para Antoni Alorda, diputado del PSM, los resultados de la reunión son «insultantes como país». Consideró «absurdo» que el Gobierno decida cómo deben ser las carreteras de las Islas. Consideró que tras la decisión del ministro de financiar los desdoblamiento se esconde «una línea de partido» para que se lleve a cabo el modelo que defiende el Partido Popular «en contra de la mayoría que existe actualmente en las instituciones de las Islas».