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JUAN MIGUEL LÓPEZ En torno a 400 vecinos de es Coll d'en Rabassa y Can Pastilla se manifestaron ayer por la noche contra la central eléctrica de Sant Joan de Déu y la ubicación del gasoducto en la zona de es Carnatge, en una movilización organizada por la plataforma ciudadana contra la central. La manifestación, que por espacio aproximado de una hora interrumpió el tráfico rodado, transcurrió en todo momento de forma pacífica desde la Plaça de l'Església en es Coll d'en Rabassa y desde el Colegio Público de Can Pastilla, hasta la puerta de la propia central eléctrica de Sant Joan de Déu, donde los manifestantes expresaron de forma ruidosa su repulsa a la instalación.

Los manifestantes, pertrechados con pancartas, carteles contra la central, así como con simbólicas mascarillas, aseguraron en la puerta de la instalación que continuarán con las movilizaciones para conseguir el desmantelamiento total de la central, según señaló uno de los portavoces de la plataforma, Bartomeu Roselló, así como el «cambio de ubicación del gasoducto que la Conselleria d'Innovació i Tecnologia del Govern de les Illes Balears quiere instalar en la zona de es Carnatge», en los terrenos que actualmente ocupa la central de Sant Joan de Déu.

Poco antes de concluir el acto reivindicativo, una portavoz de la plataforma ciudadana señaló que «seguiremos y seguiremos con las movilizaciones hasta que consigamos lo que queremos, un futuro limpio, sano y saludable». Tras la movilización, que contó con una representación amplia del espectro social de ambas poblaciones, con presencia de vecinos de todas las edades, la plataforma procedió a la recogida de firmas contra la ubicación del gasoducto y en favor del desmantelamiento definitivo de la central de Sant Joan de Déu. Dentro de sus reivindicaciones, los manifestantes exigieron también la conversión de la zona de es Carnatge en un parque natural.

Pequeño altercado con la policía
A pesar de que la manifestación contra la central se desarrolló en todo momento de forma pacífica, a la conclusión de la movilización hubo un pequeño altercado con la Policía Nacional. Después de que el responsable policial de la dotación que acompañó a la manifestación entendiera que ésta había sobrepasado el tiempo concedido por la Delegación de Gobierno, un agente de la policía procedió a tomar los datos del portavoz de la Plataforma, Bartomeu Roselló, al que se le informó que se le aplicará una sanción. Dicha actuación provocó la indignación de los manifestantes.