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J.L./P.C./J.M./M.J.
El mediador amaneció en Formentor. Hosni Mubarak fue el primero en llegar, el jueves, y tuvo el privilegio de poder ver salir el sol en la península más bella de la Isla. Sentado, relajado, rodeado de su propio equipo de seguridad, esperaba el líder egipcio en el jardín y fue el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, el primero en salir a su encuentro. Efusivo saludo el del líder palestino después de cruzar el cerco periodístico sin apenas abrir la boca.

El segundo en llegar fue el ministro de Exteriores israelí, Simon Peres, que primero saludó a Mubarak y tendió luego la mano a un sonriente Arafat. Algo más comunicativo, Peres comentó a los periodistas que acudía invitado a una conferencia económica cuyo propósito no es una reunión con Arafat, aunque se mostró dispuesto a intercambiar mensajes y avanzó que, aunque no es inminente el comienzo de las negociaciones, «tan pronto como los palestinos estén listos para ofrecer garantías» de seguridad, «nosotros nos retiraremos» de las zonas ocupadas.

El último en llegar a la cita, a las 14.00 horas, fue José María Aznar, que no pudo desplazarse hasta Mallorca antes porque presidió el habitual Consejo de Ministros. Una vez reunidos, los cuatro líderes se dirigieron, envueltos en una nube de fotógrafos y personal de seguridad, hacia una dependencia aislada del hotel donde tuvo lugar la comida. Una ruta algo accidentada porque rodó por los suelos un cámara de televisión y Hosni Mubarak perdió el equilibrio en plena escalinata. Todo se quedó en un susto y el encuentro a manteles se celebró en la más estricta intimidad. Durante hora y media, sentados Arafat frente a Peres y Aznar frente a Mubarak en una reducida mesa, transcurrió el almuerzo a base de rodaballo, cordero, pasteles, sorbete de café y zumo de naranja. Por las copas de tan ilustres comensales sólo corrió el agua.

José María Aznar instó a a sus compañeros de mesa a «dialogar como amigos» durante el almuerzo, y rompió el hielo recordando que a los cuatro les une la circunstancia de haber sido objeto de intentos de asesinato por su actividad política, según señalaron a EFE fuentes gubernamentales. El clima en el que comenzó ese almuerzo fue algo frío, a consecuencia de la situación en que se encuentran en la actualidad las relaciones entre Israel y Palestina y que han llevado a que Arafat y Peres llevaran más de un mes sin mantener ningún tipo de contacto. Durante la comida se habló de Europa y el Mediterráneo antes de entrar en la paz en Oriente Medio y el terrorismo, los temas que más preocupan a la comunidad internacional. El encuentro más esperado de Formentor, entre Arafat y Peres fue valorado con satisfacción por el presidente Aznar. Por la tarde, tras la inauguración del III Foro de Formentor, Arafat aseguró que está dispuesto a reunirse a solas con Peres, pero dijo que «eso depende de él y, si él quiere, nosotros damos la bienvenida a esta reunión».