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Extremas medidas de seguridad marcaron la jornada inaugural de la tercera edición del Foro de Formentor. Guardia Civil, seguridad privada y servicios de seguridad de presidencia del Gobierno controlaron los accesos por carretera y por mar al hotel Formentor, al tiempo que mantuvieron un estricto control de todas las zonas y las personas que accedieron al interior del recinto. A las fuerzas de seguridad españolas se sumaron, por otra parte, los respectivos servicios privados de los líderes políticos extranjeros que los mantuvieron, en todo momento, bajo estricto control.

La Guardia Civil estableció tres controles en carretera, previos al recinto hotelero. El primero en Pollença, antes de la subida a Formentor, el segundo a la altura del mirador y el tercero en la puerta de entrada al recinto hotelero. En todos ellos se solicitaba acreditación. A la llegada al recinto, la Guardia Civil registraba vehículos y controlaba acreditaciones antes de permitir el acceso al interior, donde seguridad de Moncloa, asistida por los agentes de Prosegur, mantuvieron un control permanente de scaner. Mientras tanto, una patrullera de la Guardia Civil vigilaba el acceso por mar y un «todoterreno» controlaba los amarres de enfrente del hotel. El director del hotel, Melchor López, afirmó que «desde el lunes las fuerzas de seguridad del Estado se pusieron en contacto con nosostros y iniciaron las tarea para garantizar la seguridad del evento». Aunque la organización del foro y las propias fuerzas de seguridad se negaron a precisar el alcance del dispositivo establecido, el director del hotel aseguró que «no es posible llegar al recinto por mar» y añadió que «me consta que existen medidas de seguridad que no vemos».

Las distintas delegaciones participantes en el foro fueron alojadas en diferentes plantas del hotel y se cerraron los accesos entre ellas para garantizar su seguridad y evitar los contactos «no deseados». Según informó la dirección del establecimiento, con aproximadamente treinta miembros, la delegación más numerosa es la egipcia, que ocupó del orden de treinta habitaciones, lo que supone el total de una de las plantas del hotel. De similar magnitud es la delegación española, mientras que la israelí y la palestina ocupan entre diez y quince habitaciones, respectivamente. «Las suites presidenciales son ocupadas por los presidentes español y egipcio, José María Aznar y Hosni Mubarak», informó el director del hotel, mientras que Arafat y Peres fueron alojados en «habitaciones de menor categoría».