El alcalde de Palma, Joan Fageda, acompañado por el regidor de
Educació i Joventut, Jordi Llabrés, y por concejales de la
oposición, visitó ayer la finca Son Roca-Legado Weyler, cedida por
Cort a Amadip por 99 años. El objetivo prioritario de la asociación
es, según destacó ayer su presidenta, Montserrat Fuster, «mejorar
la calidad de vida de las personas con discapacidad psíquica y de
sus familias», dijo.
En las nuevas instalaciones de Amadip, que han contado con la
ayuda del Govern, el Consell y diversas entidades, trabajan
alrededor de 300 personas con algún tipo de discapacidad psíquica,
llevando a cabo trabajos de imprenta, jardinería o grifería, entre
otros. El horario de trabajo es de 09.00 a 17.00 horas. Las naves
construidas hasta ahora también incluyen oficinas y comedor, y
tienen una extensión de unos cinco mil metros cuadrados.
Las próximas actuaciones previstas en la finca incluyen la
creación de un centro para intercambios internacionales con
personas discapacitadas de otros países, una sala de exposiciones,
un restaurante y diferentes aulas. También se pondrá en marcha una
huerta ecológica y se cultivarán plantas medicinales, y se tiene la
intención de hacer un mercado de productos ecológicos. Por último,
se restaurarán los molinos de la zona.
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