El obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, lanzó ayer un mensaje a todos
los fieles para que contribuyan con sus aportaciones económicas a
paliar la situación de necesidad que atraviesa la Iglesia
diocesana. «La Iglesia de Mallorca afronta una situación de grandes
necesidades económicas, similar a la de los últimos años, por lo
que precisa la ayuda de los fieles para atender cuatro áreas que
ahora están funcionando con unos recursos muy limitados», afirmó.
Úbeda recordó que el próximo domingo se celebra el Día de la
Iglesia Diocesana, «que es una buena ocasión para aportar
donativos», si bien hizo hincapié en la idoneidad de las
contribuciones a través de ingresos bancarios periódicos. Según
explicó, «si la contribución es periódica permite planificar las
actuaciones, además de ser una colaboración más consciente». A
través de esta campaña de suscripciones bancarias iniciada en 1992,
la Iglesia de Mallorca contó en el 2000 con 81 millones.
Mosén Pere Torres, administrador diocesano, explicó que la
Administración Central del Obispado, con un presupuesto que se
situó en los 360 millones en 2000, mantiene una situación de
equilibrio, con 359.065.542 pesetas de ingresos y 357.816.649 de
gastos. «Pero este presupuesto es insuficiente para atender las
condiciones de necesidad reales de la Diócesis», lamentó.
Para el año próximo está pendiente la construcción de ocho
templos en Mallorca "los de Badies, sa Coma, Sant Joan d'Avila, Can
Picafort, Camp Redó, Son Dameto, la Sagrada Familia y Pont d'Inca
Nou", y cada uno de ellos precisa al menos 200 millones.
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