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Ayer por la mañana, en la cripta de la iglesia de Sant Sebastià de Palma, los feligreses del credo ortodoxo recibieron la visita del obispo ruso de esta religión, Inokenti, que además es exarca para Europa occidental y tiene fijada su residencia en París.

El objetivo de la visita de Inokenti ha sido la de mantener un primer contacto con la comunidad ortodoxa de la Isla, que cuenta en la actualidad con unos 5.000 miembros de nacionalidades diversas, entre ellas, bielorusas o rusas.

El obispo ortodoxo quería también conocer algunas de sus características e interesarse por sus problemas, especialmente por todos aquellos que emanan de la condición de inmigrantes. Igualmente, el obispo Inokenti podría estudiar la posibilidad de construir una parroquia ortodoxa en Mallorca, puesto que hasta la fecha utilizan como templo la citada cripta de Sant Sebastià, en cuyas dependencias, y en colaboración con Cáritas, llevan a cabo la misión social, entre otras cosas buscar viviendas, organizar cursos de español, facilitar ayudas económicas, etc.

A las diez y media de la mañana, el obispo ortodoxo ruso Inokenti hizo su entrada en el templo, en cuya puerta le aguardaba el archimandita Makarios, quien le dio, según el ritual ortodoxo, la bienvenida. A continuación concelebraron el oficio, que se prolongó hasta cerca de la una del mediodía. Finalmente, en una sala sita en las dependencias que habilitaron como comedor, almorzaron en compañía de numerosos feligreses.

Inokenti tiene previsto regresar a últimas horas de la tarde de hoy a París, tras mantener una entrevista por la mañana con el presidente de la Comunitat, Francesc Antich.