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Podríamos decir que la verdadera entrada en el siglo XXI, al menos para la mayoría de europeos, tendrá lugar en la medianoche del 31 de diciembre al 1 de enero. Esa noche tendrá lugar una verdadera revolución. El autobús o el taxi que nos habrá conducido, cargados con el cotillón, hasta cerca de la plaza de Cort para celebrar el cambio de año escuchando en Figuera nos cobrará el importe en pesetas. El autobús o el taxi que nos conducirá unas horas después, algo achispados, hasta casa podrá cobrarnos ya en euros, si bien es posible que a esas horas no podamos distinguir con la suficiente claridad y lucidez la diferencia que hay entre una peseta, un euro o un botón de nuestro abrigo.

La lucidez seguramente nos llegará al mediodía del día 1 de enero, cuando vayamos a almorzar con la familia. El billete ordinario de la EMT nos costará 1 euro (166 pesetas), es decir, 9 pesetas menos que este año. Como hecho curioso cabe destacar que en el resto de España se han producido numerosas quejas de asociaciones de usuarios por el redondeo al alza del precio del billete de autobús en 16 ciudades, redondeo motivado por la inminente llegada del euro. El incremento medio del precio del billete en esos casos se ha situado en el 10'9% y en algunas ciudades supera el 30%. En Tarragona, por ejemplo, el nuevo billete costará 1 euro frente a los 0'75 actuales (125 pesetas), lo que representa una subida del 33'3%.

Por lo que respecta a los taxis, la bajada de bandera será de 1'80 euros (300 pesetas), la misma cantidad que costará el suplemento interurbano. La tarifa 1, válida de lunes a viernes, desde las nueve de la noche hasta las seis de la madrugada, y también los días festivos así como los sábados y los domingos costará 0'74 euros por kilómetro (123 pesetas). La tarifa 2, que se aplica de lunes a viernes, desde las seis de la madrugada hasta las nueve de la noche será de 0'49 euros por kilómetro (82 pesetas).