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Celia Villalobos afirmó en Palma, en relación con las transferencias de Sanidad, que las comunidades autónomas «ahora no pueden echarse atrás y poner excusas por un modelo de financiación que han firmado y aceptado, y donde se integra la sanidad» como nueva competencia de los gobiernos autonómicos. Villalobos quiso aclarar que la «necesidad» de que las comunidades autónomas asuman esta materia «se deriva del propio modelo de financiación y no de una imposición del Gobierno».

De todos modos, el Ejecutivo y el Ministerio de Sanidad «no tienen ninguna urgencia en transferir» la sanidad a las comunidades autónomas que aún no cuentan con esta materia, manifestó la ministra, quien expuso que «estamos preparados» para que el Insalud prosiga con la gestión (a partir del 1 de enero de 2002) de su actual red sanitaria para que los ciudadanos «continúen recibiendo la asistencia que han recibido hasta ahora». Las dos enmiendas presentadas en el Senado que vinculan el nuevo modelo de financiación a la asunción de la sanidad "y que el PSOE exige que se retiren" «vienen a recoger el espíritu y la realidad de aquel pacto» y añadió que «me sorprende la actitud del PSOE, aunque últimamente nos tienen acostumbrados a no tener una línea clara de hacia adónde van y cuáles son sus principios sobre los que basan su modelo de Estado», dijo la ministra.

Por otra parte el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, abogó por un clima de entendimiento entre las Administraciones en beneficio de todos los ciudadanos y en esta línea expresó la necesidad de «exigir al Ejecutivo balear que defienda los intereses de todos, y no los de un señor, José Luis Rodríguez Zapatero, o de su partido». El president Francesc Antich, ausente en el acto, defendió tras la reunión del Consell Polític del PSIB que «queremos aceptar las transferencias, pero siempre que vengan bien dotadas» y puntualizó que «continuamos defendiendo lo que hemos defendido siempre, unas transferencias bien dotadas económicamente».

Por otra parte la ministra de Sanidad y Consumo, Celia Villalobos, fue recibida "a su llegada a Son Llàtzer" por un grupo de sindicalistas de UGT que expresaron su rechazo, con globos, pitos y gritos, al sistema sanitario de fundaciones escogido para la puesta en marcha del nuevo centro hospitalario. Son Llàtzer dará asistencia sanitaria a unas 219.000 personas de la zona oriental de la ciudad de Palma y de otros municipios.